La guionista y directora Marti Noxon tuvo problemas de anorexia y bulimia por 10 años. Ahora cuenta su historia con un toque de ficción en To The Bone, una cinta que estrenó en Netflix sobre una artista de 20 años cuyo trastorno alimenticio la ha llevado a un punto extremo.
Lily Collins, quien también ha padecido del problema, interpreta a Ellen, el personaje principal.
“No recuerdo haber visto un largometraje que abordara esto”, dijo Noxon recientemente en una entrevista junto a Collins. “Me pareció que este era un buen momento, que había una visión más auténtica a eso, algo que se sentía más genuino. Todavía hay mucha confusión al respecto. La gente comete el error de pensar que es una cuestión de vanidad salida de control”.
El retrato de los trastornos alimenticios, y en especial de la anorexia, en el cine y la televisión tiene una historia turbulenta.
En las películas lo hemos visto como un fetiche, con Natalie Portman como la bailarina perfeccionista que mira admirada media uva en Black Swan; o explotado con una paciente demacrada que piensa que “74 libras es el peso perfecto”, en Girl, Interrupted; satirizada con Barbies en Superstar: The Karen Carpenter Story; o interpretada con un efecto humorístico en la comedia negra Drop Dead Gorgeous, en que una concursante esquelética en un certamen de belleza llega al escenario en una silla de ruedas para cantar “Don’t Cry Out Loud”. En televisión, la interpretación suele ser de tipo sensiblero y melodramático; en películas de Lifetime, sobre hogares disfuncionales y adolescentes obsesivas en quienes las lágrimas y la muerte están garantizadas.
En su mayoría son retratadas como jóvenes blancas.
Por estos motivos, y por la sensibilidad de aquellos que han sufrido de trastornos alimenticios, To the Bone ha generado respuestas inmediatas. Los críticos saltaron ante un adelanto y dijeron que podría realzar estas afecciones o servir de “inspiración para la flacura”. También fue criticada por enfocarse en “otra mujer blanca de clase media”.
Esto ha llevado a Collins y Noxon a defender la producción incluso antes de su estreno. Ambas dicen que esperan que el público responda a su retrato más mesurado y complejo de la enfermedad y las diferentes maneras en que puede manifestarse. Por ejemplo, en el centro donde atienden a Ellen hay una mujer de color, así como un hombre. Como sobrevivientes, actriz y cineasta fueron extremadamente cuidadosas en la forma en la que querían dar vida a la historia.
Noxon consultó con especialistas que atienden trastornos alimenticios durante el desarrollo del guion y como resultado, nunca incluye una mención al peso de Ellen o el peso que esta desea tener. De hecho, no se discuten los números, y solo una vez se muestra todo el cuerpo del personaje. Los números, dijo, se pueden fijar en la mente de las personas y volverse aspiraciones.
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“No queríamos que fuera injustificado de ninguna manera”, dijo Collins. “Ni Marti ni el yo haber experimentado la afección nos habría llevado a hacer una película que hace fetiche de esto o alienta a la gente a tener un trastorno o que lo presenta de manera glamurosa”.
Ellen, quien es inteligente, dinámica y oscuramente graciosa, no es tampoco el tipo de heroína trágica común en otro tipo de producciones con la misma temática.
Aunque unos 30 millones de estadounidenses padecen trastornos alimenticios en algún momento de su vida, de acuerdo con la Asociación Nacional contra los Desórdenes Alimenticios (NEDA, por sus siglas en inglés), es una enfermedad que continúa siendo muy poco comprendida.
“Nosotros, como organización, estamos muy interesados en que se considere más a los trastornos alimenticios como un problema serio de salud”, dijo la directora general de NEDA, Claire Mysko. “Que estos se discutan en una plataforma nacional como esta es muy importante”.
NEDA participó en una campaña social sobre “Nueve verdades acerca de los desórdenes alimenticios”, con el elenco de To the Bone, pero no estuvo involucrada en la película. Sus representantes han pedido a Netflix que incluya fuentes para que el público pueda pedir ayuda cuando la vea.
Un grupo sí ha ayudado a To the Bone: la organización sin fines de lucro Project HEAL, que ha realizado proyecciones y paneles sobre la cinta.
Las cofundadoras de Project HEAL, Kristina Saffran y Liana Rosenman, esperan ayudar a las cineastas a crear un mensaje responsable sobre los trastornos alimenticios y dar información precisa y fuentes de apoyo.
“Es muy innovadora”, dijo Saffran. “Es extremadamente difícil hacer una película sobre trastornos alimenticios que realmente retrate la realidad de la afección, lo graves, difíciles y peligrosos que puede ser esos trastornos sin presentarlos con una luz glamurosa. To the Bone logra un gran trabajo al conseguir ese equilibrio”.
Noxon y Collins no buscan evitar el debate sobre su película. Ambas piden que quienes sientan que no les haría bien verla simplemente no lo hagan, pero subrayan que se trata de esperanza y recuperación.
“Esta es solo una historia”, dijo Noxon. “Hay millones de historias como esta”.
“Lo importante que podemos sacar de esta película es que buscar ayuda nunca es una debilidad, es una fortaleza”, dijo Collins. “Está hecha para desatar la conversación”.
Foto: Netfilx / Vía AP