En la actualidad las dietas veganas, vegetarianas y semivegetarianas están aumentando en popularidad. A pesar de que se le atribuyen muchos resultados favorables a este tipo de dietas, se deben realizar de una manera controlada y con el conocimiento adecuado.
Una dieta pesco vegetariana o pescatarina incluye el consumo de pescados de agua dulce y agua salada además de frutas, vegetales, granos, legumbres, huevos y lácteos. Este tipo de dieta es bastante similar a una dieta mediterránea, la cual tiene como fuente principal de proteína animal el pescado.
Beneficios
Entre los beneficios más comunes de una dieta pesco vegetariana figura la incorporación de pescados altos en omega-3, como, por ejemplo, el salmón. Además, muchos tipos de pescados, como los mariscos, cuentan con un contenido elevado de minerales. Asimismo, la incorporación de frutas, vegetales y granos integrales son elementos esenciales para el éxito de esta dieta.
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Diversos estudios científicos muestran que los individuos omnívoros poseen mayor riesgo de padecer de obesidad, depresión, diabetes tipo 2, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Mientras que, los pesco vegetarianos tienen menor incidencia a estos padecimientos. En otras investigaciones se acentúa (que) el beneficio de esta dieta, no (es) tan solo en lo cardiovascular, sino que también en la salud cerebral.
Estos estudios indican que el consumo regular de pescados ayuda en todas las etapa de la vida. Por ejemplo, en las mujeres embarazadas, los niños tienden a desarrollar las cuatro áreas cerebrales más importantes; un coeficiente intelectual elevado (IQ), mejores destrezas motoras, sociales y comunicativas. De la misma forma, se ha visto que personas entre 65 a 94 años tienen menor riesgo de desarrollar alzhéimer en un 60 por ciento si consumen pescado al menos una vez en semana.
Estos beneficios permiten que este tipo de dieta sea un aliado para obtener una vida larga y saludable.
¿Tendrá esta dieta alguna desventaja?
La desventaja más común de esta dieta es la presencia de mercurio y toxinas en los pescados. Por tal razón, se recomienda limitar su consumo a un máximo de tres veces en semana con una porción de tres onzas. Entre las opciones de pescado con menor mercurio se encuentran el salmón, las ostras, las sardinas, entre otros.
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Otra desventaja puede ser el costo de esta fuente proteica, ya que suele ser un poco elevado. No obstante, debemos recordar que esta dieta no requiere tener pescado como proteína en las tres comidas, existen muchas opciones de fuente vegetal como el tofú, los granos, las nueces, zetas, entre otros.
Hacer el cambio
La transición debe ser tomada paso a paso con el conocimiento adecuado, disminuyendo el consumo de carnes es un gran avance. Sin embargo, una medida inicial es incorporar un día a la semana sin el consumo de carne. El cuerpo requiere tiempo para acostumbrarse a fuentes de proteína de origen vegetal. Debemos de recordar que para nutrir el cuerpo de manera correcta es necesario buscar las diferentes opciones para que sea un camino delicioso y fructífero.
Foto: IStock