A todos los padres les ha pasado por lo menos una vez: una pequeña manita o una voz suave los despertó a medianoche para encontrar a su hijo de pie, al lado de la cama, acalorado y sudando. Si el bebé es más pequeño, un llanto desgarrador da el aviso de que algo no está bien.
Ante la sospecha de fiebre, llega la duda. ¿Lo tratan en casa o llaman al médico? Entonces, hay que hacer un llamado a la calma.
Cuando se trata de un niño saludable, la fiebre no suele ser indicio de algo grave. La fiebre en sí no es perjudicial y, con frecuencia, es la forma que tiene el cuerpo de combatir las infecciones. Sin embargo, la fiebre alta puede hacer que el niño se sienta molesto, además de agravar problemas como la deshidratación.
La temperatura de un infante puede ser hasta un grado centígrado mayor que la de un adulto y varía dependiendo del lugar donde se tome. En esencia “la temperatura normal es 37 °C (98.6 °F), sea tomada en la boca o en la axila. Cuando se toma de modo rectal es un poco más elevada, 100 °F (38.5 °C)”, indicó a Buenavida la pediatra Sandra Rodríguez.
Según la doctora, los termómetros digitales son la mejor opción. Aconsejó que cuando se trate de menores de hasta cuatro años, se tome la temperatura de modo rectal, no sin antes ponerle un poco de vaselina al termómetro y no retirarlo hasta que emita su sonido. En mayores de cuatro, la temperatura se toma de forma oral, asegurándose de que mantengan el termómetro debajo de la lengua. Si no tienes éxito tomándola de forma oral, la axila es la segunda opción.
Los padres deben tener claro que la fiebre no es una enfermedad, sino un indicio de que algo está ocurriendo en el cuerpo, generalmente por causas virales o un proceso infeccioso, afirmó la experta. Si la fiebre es baja (entre 100 y 100.5 °F) no es necesario darle medicamentos, basta con mantenerlo con ropa cómoda y fresca, y tomando líquido.
“Esto es así siempre y cuando el niño no presente otros síntomas. Además, hay que aclarar que en infantes menores de dos meses no aplican estas sugerencias”.
Recomendaciones para el hogar
Si la fiebre es leve y el niño tiene más de dos meses de edad, puedes seguir las siguientes recomendaciones sin salir de casa:
- Mantenlo fresco y cómodo.
- Vístelo con ropa de algodón.
- Aumenta su ingesta de líquidos.
- Aplícale paños húmedos, pero no fríos.
- No lo arropes ni lo bañes con agua helada, alcohol ni alcoholado.
Todo infante menor de dos meses con fiebre de más de 100.4 °F debe ser evaluado por un doctor lo más pronto posible. También deben ser examinados aquellos entre las edades de dos y seis meses con temperatura de 101 °F que presenten otros síntomas. En niños de cualquier edad, si la fiebre excede los 102 °F o existe temperatura leve por varios días, la visita al pediatra es imperativa.
Algunos síntomas que podrían aparecer son dolor de cabeza, erupciones en la piel, tos, diarrea, vómitos, cambios en la coloración de la piel, inactividad, dificultad respiratoria y dolor en el cuello. “La fiebre puede asociarse con convulsiones febriles, por lo que hay que vigilar la temperatura”, concluyó Rodríguez.