¿Qué significa amor para ti? O mejor, ¿qué acciones o palabras representan eso que tú llamas amor? En este momento debes estar entendiendo por qué es tan difícil definir el amor: es diferente para cada uno. Para unos el amor son palabras hermosas, poemas, canciones, mientras que para otros las palabras no significan nada; para estos quizá sean más importantes las acciones; un beso, un gesto, un detalle, una atención con o sin ningún motivo. Otros piensan que el amor es un balance entre lo que se dice y se hace. Aunque suene irracional (y en efecto lo sea), hay quienes piensan que el maltrato es amor; como es el caso de algunas personas en el ciclo de violencia doméstica. Una investigación rápida por la Internet te mostrará cuántas y cuán variadas son las definiciones del amor en el arte, la filosofía, la psicología y la mitología, por mencionar algunos. La pregunta aquí es “¿qué es el amor para mí?” y si todavía no lo has descubierto (deberías saberlo ya), pregúntale a tu pareja qué es el amor para ella.
En la definición del amor entran factores tan individuales como el ADN, la crianza, las expectativas y el aprendizaje, por mencionar algunos. Si quieres saber si tu pareja ya no te quiere, lo mejor es ir directo y de frente: habla y pregunta. Eso de interpretar las “señales” es ambiguo y subjetivo; cada quien interpreta un mismo acto de forma distinta, pues en ese razonamiento intervienen factores como el aprendizaje y la experiencia.
Ahora bien, si te estás preguntando si tu pareja ya no te quiere, seguramente es porque has notado algunos cambios en su comportamiento. El lenguaje del amor que utilizaban en el pasado, aquellas palabras o acciones que para ti (y quizá no para otra persona) significaban amor están cambiando o no se están presentando. Es por eso que te sientes confundido y quieres saber; pues si quieres saber, ¡pregunta!. “He notado que de un tiempo para acá…”, siempre hablando desde tu perspectiva, sin acusar ni señalar.
Antes de hacerlo, evalúa la situación y trata de identificar qué factores externos podrían ser responsables del cambio. ¿Tiene dificultades económicas, familiares o de salud? ¿Más exigencias en el trabajo? Estos son algunos ejemplos de elementos que podrían estar causando estrés y que a falta de diálogo, podrían afectar la relación, dando espacio para que el otro sienta dudas sobre el amor de aquel a quien percibe alejado.
Siempre es más sencillo ver la paja en el ojo ajeno que en el propio. Esta reflexión de que “no sé si todavía me quiere” no debe estar aislada a lo que está pasando contigo. Antes de lanzarte a la conversación acerca de lo que estás recibiendo (o que ya no estás recibiendo) de tu pareja, evalúa lo que estás comunicando a través de tu verbal, tu no verbal y tus acciones. Así como tu pareja puede (o no) estar comunicándote algo (conscientemente o no) puedes estar haciendo lo mismo… y, por consiguiente, tu pareja puede estar teniendo las mismas dudas que tú.
Erich Fromm (1980) escribió que todos estamos sedientos de amor y yo coincido. Vemos películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas, escuchamos canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, pocos pensamos que hay algo que aprender acerca de él.
Quizá la primera lección sea que el amor es una decisión que tomamos todos los días; los días que son buenos y los días que son… un poco más difíciles. El amor es, también, una actividad, una acción, no un afecto pasivo; es un proceso continuo, no un arranque repentino. En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir (Fromm, 1980). Cuando somos correspondidos, ese amor que entregamos, será lo que recibamos. A veces recibimos incluso cuando no damos nada, pero hasta el amor se cansa de eso.
Si sientes que no estás recibiendo el amor que recibías o el amor que mereces, háblalo. Escucha para entender, no para defenderte. Luego toma las decisiones que mejor te convengan y si crees que necesitas asistencia profesional, busca ayuda.
La autora es psicóloga.
Foto: Pexels