El Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (ADHD) es una de las afecciones mentales más estudiadas. Aunque suele asociarse con niños, esta no desaparece cuando crecen y se convierten en adultos; son adultos, novios, esposos o padres con ADHD y requieren de tratamiento.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al profesor y doctor Russell Barkley, autor de múltiples libros e investigaciones sobre el tema, se estima que aproximadamente, entre el 4 y el 5 % de los adultos y el 5 y el 7 % de los niños a nivel mundial están diagnosticados con esta afección.
Frecuentemente en la niñez comienzan a desarrollarse dificultades con figuras de autoridad, como padres y/o maestros y para socializar apropiadamente. Algunas de las que se observan en esta etapa del desarrollo, en ocasiones, conllevan rechazo social y problemas de autoestima (una autoestima saludable es importante en las relaciones sociales y de pareja). Estas situaciones generalmente afectan el desarrollo de habilidades y destrezas necesarias en la edad adulta. No obstante, cuando llegan a esta edad, las dificultades pueden observarse en las relaciones laborales, de pareja o matrimonio, y otras en la crianza de los hijos.
Algunas de las características y/o conductas que se pueden observar en adultos con ADHD son:
- Dificultad para comunicarse con la pareja. Adultos con ADHD son susceptibles a críticas debido a que a lo largo de su vida han recibido señalamientos sobre su desempeño, ejecución o falta de compromiso para finalizar tareas importantes.
- Pobres destrezas de autocontrol de impulsos. Se pueden observar conductas como toma de decisiones sin consultar a la pareja y el que la persona diga o haga cosas de manera impulsiva.
- Dificultad para regular las emociones. Las catalogadas “negativas”, como el coraje, la ira o la frustración, típicamente desencadenan en reacciones fuertes que pueden afectar la relación de pareja y con los hijos.
- Dificultad para completar proyectos o metas laborales del hogar o personales. Típicamente comienzan nuevos proyectos con mucho ímpetu y con el pasar del tiempo pierden el interés y/o la motivación.
- Problemas cognitivos –dificultad para recordar fechas o cosas esenciales del diario vivir. Olvidan pagar facturas mensuales, fechas de aniversario, cumpleaños, etc. En muchos casos, presentan dificultad para hacer múltiples tareas simultáneamente de manera apropiada o tienden a cometer errores con mayor frecuencia que personas que no padecen la afección.
- Problemas asociados con mantener una estructura y organización. Ocurre con frecuencia que muchas de las responsabilidades que típicamente son compartidas en la pareja, recaen sobre la persona que no tiene la afección.
- Inconsistencia en la ejecución de las tareas o responsabilidades del hogar.
Sabemos que, bajo el cuidado adecuado, aproximadamente el 80 % de los casos de ADHD, una de las afecciones más investigadas, presenta una respuesta positiva al tratamiento. Este típicamente está asociado a farmacoterapia (en aquellos casos que es necesario) y psicoterapia a nivel individual, terapia de pareja y de familia.
En el caso de adultos con ADHD, cuando determinan iniciar una vida de pareja, es importante que consideren las siguientes recomendaciones:
- Realizar terapia de pareja para que ambos conozcan la afección y puedan desarrollar junto al terapeuta, un plan para el manejo de las situaciones que frecuentemente ocasionan dificultades.
- La comunicación debe ser asertiva, clara y precisa. No se debe esperar a que la persona con ADHD interprete los mensajes que no están claros tal como se espera. Mientras más precisa y específica la información, mejor entenderá el mensaje.
- Se debe evitar criticar a la persona que tiene la afección. Las críticas solo afectarán la dinámica de pareja. Además, estas no ayudan a mejorar la situación, típicamente la empeoran.
- Deben desarrollar alternativas para mantener una estructura consistente y una organización en cuanto a las tareas y responsabilidades del hogar. El uso de calendarios, agendas, notificaciones electrónicas en el teléfono celular, computadora o smart watch, por ejemplo, son de gran uso.
- Es importante establecer acuerdos previos sobre las conductas no aceptadas por ambas partes para el manejo de discusiones. Fijar acuerdos sobre retomar el tema de discusión en un momento en que ambas partes estén en la disposición de dialogar, no de discutir, ayuda en la prevención de incidentes lamentables.
- Cuando desees comunicar información importante, recuerda hacerlo en un momento apropiado, cuando te asegures de que tienes la atención de la persona con la afección.
- La planificación es esencial al momento de realizar proyectos como viajes, inversiones, planificación de presupuesto, etc. El tema sobre el manejo de la economía del hogar es de suma importancia.
- Evitar que la responsabilidad de aspectos asociados al diario vivir recaiga solo sobre el cónyuge que no tiene la afección. Como estrategia, ambos deben identificar a la persona que tiende a ser más organizada y aceptar las técnicas que utilizarán para ello. Recuerda que debes evitar que esta dinámica sea percibida como la de un supervisor-supervisado. Ambas partes deben participar del proceso.
- Las bromas sobre la afección deben eliminarse. A pesar de que es posible que a toda la familia le parezca gracioso que la persona sea olvidadiza y requiera ayuda, la realidad es que para la persona diagnosticada resulta incómodo.
- Como en toda relación de pareja, identificar tiempo para compartir y divertirse es de suma importancia. Podrían considerar realizar su date mensualmente para mantener una relación saludable y disfrutar de la compañía mutua.
- Deben evitar caer en una rutina pesimista de crítica constante. En lugar de ello, comuniquen las insatisfacciones de una manera apropiada dentro de un marco de respeto y consideración mutua. Además, es importante dejar saber a cada uno las cosas que les agradan.
- Es importante que ambos identifiquen y discutan las metas y expectativas como pareja en cuanto al manejo de la afección. Esto les ayudará a establecer acuerdos de convivencia de manera más asertiva.
Tener ADHD no implica una vida de pareja repleta de insatisfacciones. Más bien requiere un esfuerzo de ambas partes para mantener una comunicación constante, mucha comprensión y consideración mutua.
La autora es psicóloga clínica certificada en ADHD, terapia de pareja y familia, manejo de Tourette, terapia COGMED y evaluación del desarrollo en preescolares.
Foto: iStock