Abraza los cambios

¿Cómo adaptarse a los cambios y ser feliz? Para crecer como personas y ser más felices debemos abrazar y aprovechar los cambios de rumbo, a veces bruscos o inesperados, que surgen en la vida. Temerles es contraproducente y paralizante. Evitarlos, es imposible.

Cuando el viento y las olas cambian de dirección o se agitan, hay que ajustar las velas y dar un golpe de timón. Intentar que el barco permanezca igual o no hacer nada para adaptarse a la nueva situación, solo aumenta el riesgo de naufragar”.

La realidad de hoy es que no somos igual que ayer. La vida es un camino por el cual encontramos alegrías y tristezas. Estas nos hacen entender cuáles son las bendiciones y las frustraciones que cargamos en nuestro bolso. Cuando enfrentamos los momentos alegres, nuestra alma y ego se fortalecen. Entendemos que el mundo gira en ese momento preciso. Olvidamos otras cosas, porque no queremos perder ese momento de chispa que enciende nuestra alma.

Asimismo sucede con la tristeza, aunque es un sentimiento que destruye nuestra alma, en el momento de experimentarlo se nos hace difícil dejarlo ir, por ser lo que mantiene el recuerdo vivo. Aunque nos llena de desesperanza, queremos recordar aquella situación o persona, por ser.

Entonces, ¿somos igual que ayer? Cada experiencia en la vida es una amalgama de pensamientos, emociones, sentimientos y conductas que agregamos a nuestra historia de vida. Así que en el día a día, siendo este un mundo multifactorial, experimentamos situaciones que nos hacen ser diferentes. Sin embargo, aun pasando por las diversas experiencias, no quiere decir que maduramos o que aprendimos. La experiencia la tenemos que hacer nuestra vivencia, para sentir en lo más profundo del ser cuánto nos enseñó la situación y cuánto nos transforma. Sentir la vivencia trasciende y nos hace mirar la experiencia detenidamente, para evaluar el impacto que tuvo en nuestras emociones, sentimientos y conductas. Aún más, evaluar cómo nos transformó y cuántos cambios se agregan a nuestra vida a causa de aquella vivencia.

Experiencias que te definen

No ser igual que ayer significa tener historias que nos hicieron ser hoy la persona que somos. Al interactuar unos con otros, vamos en esta vida escribiendo en una hoja en blanco todas esas experiencias que forman nuestra personalidad. Evaluemos nuestra línea de vida a través de nuestro desarrollo humano. Así podemos identificar las llamadas altas y bajas que sucumben a aquellas experiencias que pasan a ser vivencias por este largo caminar. Lo importante es que no importa cuán fácil o difícil fue el amor, la soledad, la pareja, nuestros padres, los hijos, los amigos, el trabajo, la situación económica y la crisis en nuestro país, la realidad es que todas esas cosas que pasan en nuestro alrededor a diario, hacen que no seamos igual que ayer. Tú decides la manera como desees enfrentarlo. No ser igual que ayer no tiene que ver con que se es mejor o peor, malo o bueno, si no diferente. Atrévete a no ser igual, valorándote y brindándote el amor que tanto te mereces. Abre tus ojos y descubre que tener experiencias es parte de vivir y eso es hacerlo tuyo, es tu historia.

El autor es psicólogo y trabajador social clínico.

Foto: Pexels

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