Cuando una mujer amamanta, satisface una necesidad básica de su recién nacido: la alimentación. Pero no es simplemente alimentar, es crear un vínculo maravilloso entre mamá y bebé.
Mientras más tiempo lo hagas, verás reconfirmada tu capacidad de satisfacer emocional y físicamente las necesidades de tu retoño.
Oro líquido
La succión inmediata luego del parto comunica al cerebro la necesidad de producir leche. Este reconoce cuando ha sido un bebé prematuro o a término pues la composición del calostro varía según la necesidad. Si es prematuro, el calostro –también conocido como oro líquido por su aspecto dorado y gran función como las primeras vacunas– contiene más proteínas que protegen el intestino inmaduro del recién nacido. Crea una barrera que impide la entrada de gérmenes patógenos. Tan solo un mililitro de fórmula altera la flora intestinal, rompe la barrera del calostro y toma aproximadamente 15 días en que la leche materna vuelva a recubrir el intestino protegiéndolo. ¡Qué maravilla!
A medida que el bebé crece, la leche materna cambia según las necesidades, esto la hace dinámica. La composión del primer día no es igual a la semana ni a los tres meses o al año. También varía según la hora del día, la cantidad de grasa aumenta al pasar el día y el volumen de la leche es mayor en las mañanas.
Cuándo más vas a hacerlo
Muchas madres y algunos profesionales de la salud piensan que cuando la madre está enferma no puede amamantar. Queremos que sepas que, por el contrario, es cuando más debes hacerlo. Si por ejemplo, te da catarro, ¿sabías que tu cuerpo comienza a producir anticuerpos a la enfermedad que tienes y estos son pasados a la leche materna para proteger a tu bebé? Por esto, investigaciones científicas han demostrado que hay menor incidencias de enfermedades infecciosas en los bebés amamantados.
Cesárea, parto y lactancia
El inicio de la lactancia depende en la mayoría de los casos de la experiencia y del tipo de parto. Empecemos por la cesárea, ya que el 48 % de las madres en Puerto Rico debe comenzar a amamantar con cesárea. Existen salas de parto en las que inmediatamente que nace el bebé lo ponen a amamantar. Esto brinda la oportunidad de que tenga contacto piel con piel con su madre mientras es terminada la operación, siempre y cuando no haya una emergencia. En octubre del 2015, nuevas investigaciones informaron que los cambios de volumen de leche durante las primeras seis semanas depende del estímulo durante la primera hora de vida. Otros inician la lactancia en la sala de recuperación. Estas son grandes iniciativas que puedes poner en agenda y hablar con tu proveedor de salud, ya que retrasar el inicio de la lactancia puede afectar la producción de leche.
En un parto vaginal, tras abandonar el útero, el mejor lugar en el que puede estar el bebé es directamente sobre el pecho materno, piel a piel, sin una sabanita, toalla ni papel azul esterilizado que esté entre medio de ustedes dos. Sentir la piel de tu bebé, calientito y mojadito activa las hormonas encargadas de la producción de leche. Se recomienda dejarlo en el pecho por lo menos una hora después de nacido. Es importante saber que cualquier procedimiento rutinario (pesarlo, medirlo, antibiótico de ojos) puede esperar hasta que hayas amamantado.
La producción de leche
Cuando se decide amamantar hay que reconocer que no es hasta que lo vives, que entiendes la magnitud de la maravilla absoluta de la lactancia. Los bebés amamantados toman leche a demanda, esto significa que ellos definen cuándo y por cuánto tiempo la tomarán. Luego del inicio de la lactancia, el bebé tiende a dormir bastante en 24 horas, descansando de la intensidad del parto. Aquí es que tenemos que trabajar con despertarlo para que lacte, pero reconociendo que en esas 24 horas caen en un sueño profundo y amamantar se vuelve todo un reto.
Transcurridas esas 24 horas es importante asegurarte de que el bebé no te esté lastimando. Laceraciones o dolor en el pezón indican que el enlace al pecho no es el adecuado. Son pequeños detalles que hacen una gran diferencia entre una lactancia placentera o dolorosa. Pregunta en el hospital por algún educador en lactancia materna y si no lo tienen, pídele ayuda a las enfermeras para que coloques bien a tu bebé y no sientas dolor. De ahí en adelante, mientras más amamantes, más leche producirás. Un bebé que no orina en 48 horas indica que no está teniendo suficiente ingesta de leche. Mientras esté orinando, haciendo deposiciones y aumentando de peso, significa que vas bien en la lactancia. No caigas en pánico si lo estuviste amamantando y se despierta a la media hora o a los quince minutos. Ellos son así. Recuerda que lactar a demanda es cuándo quiera y cuánto quiera sin medir tiempo ni cuantificar cantidades. Fluir y entender que un día a la vez aprenderás a confiar más en tu capacidad de alimentar.
La autora es educadora en lactancia materna y doula de parto.
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