Cuando el niño se ve sometido a una serie de cambios importantes en su vida, puede mostrarse irritable, nervioso, alterado y desbordado por la situación. Es ahí cuando podemos decir que el niño sufre un cuadro de estrés y ansiedad. Los motivos pueden ser variados y las consecuencias diferentes en cada niño. Aprende a detectar a tiempo los síntomas de estrés infantil:
- Pérdida de apetito, dolor de cabeza o de estómago
- Pesadillas y alteraciones en el sueño
- Aparición repentina de enuresis cuando ya lo había superado
- Alteración del estado de ánimo: rabia, llanto, gimoteo, rabietas y comportamiento agresivo
- Miedo a alejarse del adulto
- Aparición de nuevos miedos e incapacidad de concentrarse
- Regresión a comportamientos de la infancia
- Ansiedad
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