Contra la osteoartritis: el movimiento

El dolor causado por la artritis no tiene que ser un impedimento para ejercitarte, al menos, según la Arthritis Foundation (AF). De hecho, la actividad física puede ser vital para conservar la movilidad. La osteoartritis es una enfermedad articular que afecta a unos 27 millones de norteamericanos, la mayoría de las veces en las rodillas y caderas, pero también en la zona lumbar y el cuello.

Se trata de una enfermedad degenerativa, lo que significa que la articulación se ha desgastado, lo cual suele suceder por el paso del tiempo o por el uso excesivo.

Se dice que una persona padece de osteoartritis cuando experimenta una pérdida del cartílago que cubre el extremo de cada hueso, perdiendo así el efecto protector. Como consecuencia, siente dolor, hinchazón y problemas para mover la articulación afectada. Eventualmente los huesos pueden sufrir daños. ¿Qué puedes hacer? Moverte, por supuesto, con el permiso de tu doctor.

De acuerdo con la AF, es posible que al principio, el movimiento sea difícil, pero la actividad física es “clave para el tratamiento de esta enfermedad”. Hay estudios que han mostrado que el ejercicio no solo ayuda a reducir el dolor, sino que también mejora la movilidad, sostiene la entidad. Otro beneficio comprobado de tener una vida activa es la pérdida de peso también, lo cual es muy conveniente, pues el exceso de peso contribuye al dolor de la osteoartritis.

La AF sugiere que empieces lentamente y con un ejercicio sencillo, como caminar por tu vecindario, asistir a alguna clase de ejercicio aeróbico, andar en bicicleta, aeróbicos acuáticos, nadar y bailar.

Asimismo, los ejercicios de fortalecimiento ayudarán a crear músculo alrededor de la articulación afectada por la osteoartritis. Los ejercicios para el rango de movimiento pueden ayudarte con la flexibilidad. Comienza con estiramientos suaves que hagan que las articulaciones realicen su rango de movimiento completo. En este aspecto, el yoga y el taichí también pueden ser útiles.

Sin embargo, independientemente de la actividad que selecciones, es importante que sea suave para las articulaciones; no las tuerzas, no las fuerces ni hagas gestos bruscos.

Pero una clave para el éxito es prestar atención a cómo tu cuerpo tolera su nueva actividad. Sé paciente.

Por otro lado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan que si no has tenido una vida activa, empieces con entre tres y cinco minutos de actividad dos veces al día. Una vez el cuerpo se acostumbre, añade 10 y así sucesivamente, hasta que estés tan activo como desees. Otra opción del CDC es trabajar con un fisioterapeuta, quien puede crear un programa personalizado para tus habilidades.

Foto: iStock

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