[VIDEO] Taichí: arte marcial y arte de vida

Al hablar con Joseph Esteves por teléfono uno asume que tiene unos 40 años de edad hasta que menciona que es veterano de la guerra de Vietnam y que practica artes marciales desde el 1956. El maestro de tai chi chuan (mejor conocido como taichí o taiji) es energético, expresivo, y habla sobre el tema con pasión y conocimiento, intercalando palabras en mandarín en sus explicaciones de formas, estilos y puntos de energía en el cuerpo. Lleva más de 50 años practicando este arte marcial que, enfatiza, es también un arte de vida.

“Esto es un ejercicio, es un baile, una danza. Es una forma de llegar a conocernos mejor. Pero esto es algo que mientras más tiempo lo practicamos, nos hace más jóvenes. Porque este arte no solamente regenera nuestro cuerpo físico sino nuestro cuerpo etéreo y nuestro espíritu también. Esto nos hace más sabios, promueve la paz en tu interior”, explica el shifu, la palabra en mandarín para maestro, que lleva décadas dando clases y charlas en Puerto Rico sobre este arte milenario.

“La práctica del taichí nos trae un balance físico, mental y espiritual”, añade.

Muchos reconocerán el taichí por las secuencias de movimientos fluidos y lentos, llamadas formas, a menudo practicado por grupos de personas en parques u otros espacios al aire libre.

Es apodado meditación en movimiento ya que calma la mente, reduce el estrés y la ansiedad, y mejora la concentración y la memoria según uno se enfoca en la coreografía.

También se le conoce como acupuntura sin agujas. Cada forma tiene un efecto en los órganos y sistemas del cuerpo, ayudando a regular el sistema cardiovascular, respiratorio y nervioso a la vez que el practicante desarrolla agilidad, flexibilidad, balance, fuerza muscular y recibe un ejercicio aeróbico moderado. Tiene beneficios también para el manejo del dolor y afecciones crónicas y para la rehabilitación de lesiones. Al ser suave, es apto para todo tipo de personas, desde niños hasta adultos mayores.

Profesionales médicos también están reconociendo el beneficio de una práctica de taichí en sus pacientes. La escuela de medicina de Harvard lo considera una terapia efectiva que apoya el tratamiento médico tradicional para afecciones asociadas con la vejez. “Hoy día hay un grupo de médicos que están refiriéndonos pacientes a ciertos maestros. Pacientes del corazón, con problemas pulmonares, con artritis, fibromialgia”, revela Jorge Meléndez Melchor, otro instructor de taichí que lo practica desde el 1995.

A pesar de que muchas personas llegan al taichí por sus beneficios de salud, no deja der ser un arte marcial y muchos de sus movimientos son diseñados para proteger o atacar.

“Hay los sistemas (de artes marciales) duros y los sistemas suaves. El taichí es el más suave de todos, pero tiene el efecto del agua. El efecto del agua es que, aunque es la sustancia más suave que existe, también es la más dura. ¡Qué suave, qué cómodo es un baño o una lluvia suave en la piel! Hay suavidad al tocar el agua, pero, ¿qué detiene un maremoto? Mira lo que el agua hizo en el Gran Cañón”, elabora Esteves.

Hay diferentes estilos de taichí, los cinco más importantes son: Chen, Yang, Sun, y dos estilos traducidos del mandarín como Wu, que son distintos. Los tres más practicados en Puerto Rico son Chen, Yang y Sun. Algunos enfatizan más el aspecto holístico y otros trabajan más el de combate. Chen es el original y enfatiza patadas, brincos, puños y golpes y es el más energético; el Yang, que es el más practicado en el mundo, es más suave y fue derivado del Chen; y el Sun es mucho más suave y lento, apto para personas con artritis.

Las clases comienzan con un calentamiento que suelta el cuerpo y algunos maestros incluyen movidas de qigong, otro sistema que incorpora movimiento, respiración y meditación. La mayor parte de la clase se pasa realizando las formas de taichí varias veces, o si es principiante, aprendiendo los movimientos y cómo ejecutarlos correctamente.

“Empiezo a los principiantes con la forma 10 del estilo Yang. Son diez pasos, pero si los contamos en realidad son más de diez. Lo que pasa es que esos diez tienen nombre. Los más avanzados, pues entramos en la 24 o la 36 de Cheng Man Ching (una versión simplificada del estilo tradicional Yang)”, explica Meléndez Melchor. La forma completa tradicional puede tener hasta 108 formas.

¿Cómo uno aprende todas esas formas? “El taichí es repetición. Seguimos repitiendo y repitiendo”, indica Meléndez Melchor.

Ambos instructores recomiendan practicar el taichí diariamente para que tenga el efecto máximo. La ventaja es que no requiere ningún equipo y se puede realizar en cualquier espacio. “Hay rutinas que las puedes hacer en tres minutos y otras que puedes hacer en siete”, asegura Meléndez Melchor.

Existen videos y libros que enseñan las formas del taichí, sin embargo, al trabajar con un maestro uno puede perfeccionar las formas y aprender aspectos particulares como centrar el cuerpo, moverse desde la cintura y cambiar el peso del cuerpo de una pierna a otra, la razón detrás del posicionamiento de los brazos, que ayudan en la memorización de las formas. También uno puede disfrutar de socializar con otros practicantes de taichí.

Además es complementario a otras disciplinas. “El que practica taichí mejora todo lo que hace, si practica un deporte o artes marciales duras, si es golfista o tenista, lo que hace es que los ayuda a enfocar. Una de las cosas que mejoramos es nuestra concentración, nuestro enfoque. Utilizamos lo que le dicen en inglés mindfulness o la consciencia, el ser consciente de todo lo que hacemos”, asesora Esteves.

En Puerto Rico todavía hay mucho desconocimiento sobre el taichí lo cual ha dificultado que crezca de la manera que otras prácticas como el yoga lo ha hecho.

“En Puerto Rico hay algunos miles pero no suficientes. Espero que eso cambie, que la gente aprenda a cogerle amor, lo que pasa es que la gente no sabe. Lo etiquetan que esto es para viejos nada más, que es solamente un ejercicio, pero no es solamente un ejercicio”, apunta Esteves.

“Hay personas que practican hace muchos años, grandes maestros que dicen que esto es una herramienta para llegar a conocernos mejor, que es en sí el conocimiento del universo, el conocimiento mágico cuando aprendemos de nosotros. No de las profundidades del mar, no del espacio, no de matemáticas, no de ciencia, sino aprender de nosotros, el autoconocimiento”, reza.

Para más información sobre el taichí y para conocer sobre maestros en diferentes partes de Puerto Rico, accede a taijiyangclub.com o https://taichipuertorico.wordpress.com/instructores/.

Fotos y video: Jaime Rivera / LMH

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