Para Jesnica Burgos, el cambio es la única constante; ¡y le fascina!
“Me encanta el cambio. No tengo miedo a experimentar con mi cabello. Mi pelo es rizo y al menos una vez al año me doy un tratamiento de queratina para suavizar la onda y que se me haga más manejable. Precisamente estoy buscando un look diferente, fuera de lo común, llamativo, pero que no sea esclava del mantenimiento”, explica la joven esteticista y terapeuta del masaje.
Esta temporada, el rose gold domina entre las tendencias más favorecidas para el cabello. En esta ocasión, tonos cobrizos se entremezclan con rosas intensos que se hacen más evidentes en las puntas. El trabajo, que conlleva proceso de decoloración hasta alcanzar el nivel deseado y la aplicación de varios tonos de coloración tanto permanente como de fantasía, tiene como resultado un cabello multidimensional en el que la luz y la profundidad crean interés y movimiento.
“Jesnica es una chica bien avant-garde y sabía que podía lucir bien este look que le favorece a las mujeres que se atrevan a llamar la atención, que sean muy seguras de sí mismas, y que sea apropiado para su estilo de vida y el ambiente en el que se desempeñan”, asegura Eliezer Rodríguez Andújar, estilista y maquillador de Estudio 110.
“Se supone que utilice productos del cuidado del cabello libres de sulfatos y con ingredientes que le ayuden a preservar su color y brillantez. Debe aplicarse una mascarilla al menos una vez por semana, aunque utilizamos un aditivo durante la decoloración que evita que la hebra se maltrate. Al tener tonos de fantasía, el color va a ir desvaneciéndose gradualmente con las lavadas, por eso debemos evitar champús muy abrasivos. Ya cuando sea el retoque, dentro de unas cuatro semanas, podemos reavivar el rosa (en las puntas) y tornarlo un poco más cobrizo. Este color es bien versátil porque podemos seguir jugando con los tonos que están sobre esa base ya aclarada”, concluye.
Fotos y video: Jaime Rivera / LMH