[VIDEO Y FOTOS] Loly Grande se disfruta su isla

La mañana prometía sol y cielos despejados, la definición de lo que sería un día perfecto para ir a la playa. Aviones, la playa ubicada en Piñones, se encontraba relativamente vacía excepto por algunos surfistas en el agua y niños aprendiendo a mantener el balance sobre tablas que eran el doble de su altura.

En la distancia podíamos ver cómo una joven de aproximadamente unos 5 pies de altura con gafas que cubrían la mitad de su rostro y un bodyboard debajo de su brazo se acercaba adonde nos encontrábamos, debajo de una de las pocas palmas que proveían sombra en un día tan caluroso.

Luz Marie “Loly” Grande nos saludó con un beso y una sonrisa, y rápido se cambió su set de crop top y pantalones estilo boho a un traje de baño enterizo de color blanco, el cual sobresalía sobre su piel bronceada.

Una vaquera de Bayamón, Grande pasaba la mayoría de su tiempo en el agua y la arena, ya que su mamá encontró que esta era la manera perfecta para que ella y sus hermanas canalizarán sus energías.

“Le di muchos dolores de cabeza a mi madre y rápido me metió en el mundo de los deportes. Participé en natación, gimnasia y kárate, pero nunca daba pie con bola”, explica Grande mientras cruzaba sus manos sobre su falda y con una sonrisa deslumbrante hablaba de su pasado.

El primer deporte con el que Grande logró conectarse fue el voleibol, pero a sus 13 años, conoció el mundo de bodyboarding cuando muchas de sus amistades comenzaron a practicarlo.

“No me podía quedar en la orilla mirando a mis amistades en sus tablas. Nadaba junto a ellos, sin equipo, hasta que un día comencé a coger olas en sus espaldas, noté la sensación y me encantó”, cuenta la atleta de 30 años de su primera vez sobre un bodyboard.

Foto: Jaime Rivera / LMH

Grande tuvo que ahorrar dinero antes de adquirir su propio equipo: una tabla que le costó aproximadamente unos $200 y que pudo costear vendiendo prendas hechas a mano en la escuela. Al principio, su mamá trató de convencerla de dejar el deporte ya que ella no sabía nadar y le daba miedo lo que le pudiera ocurrir a su hija.

Cuando descubrió su pasión por el bodyboarding, Grande aplicó en este la disciplina que había aprendido durante su carrera en el voleibol. Se dedicó a entrenar constantemente y a realizar ejercicios que le ayudarían en su desempeño en el agua.

“No sabía cómo, pero sí que quería representar a Puerto Rico a nivel profesional. Quería poner el nombre de mi isla en alto”, afirma la deportista.

Esa dedicación no pasó desapercibida cuando, en el 2002, una de sus amistades, un surfista profesional, le sugirió adentrarse al mundo de los deportes profesionales.

Un año después, Grande se encontraba viajando a la playa Banzai Pipeline, en O’ahu, Hawái, para participar en la competencia conocida como “Pipeline”, en la que solo los mejores compiten y pocos ganan.

“Ese primer año en Pipeline, me eliminé en la primera ronda y lloré mucho. Pero estaba muy joven, era otro mundo para mí ya que había mucha presión y nervios”, rememora Grande entre carcajadas mientras el viento continuaba azotando su cabello húmedo.

Hawái es considerado la meca para los surfistas y ahí es que muchos logran probarse.

Foto: Jaime Rivera / LMH

Fue en esta primera competencia que Grande pudo conocer y ver en acción varias de sus ídolos, como las brasileñas Neymara Carvalho, quien ganó ese mismo año que Grande visitó a Hawái; Stephanie Pettersen y Karla Costa. Verlas de cerca prendió una llama dentro de Grande, la cual la inspiraba a ser como ellas.

En el 2004, Grande logró contar con el apoyo del Departamento de Recreación y Deportes con la beca “Iniciativa de la Mujer para el Tercer Milenio”, la cual otorgaba fondos a las escogidas para desarrollar sus talentos.

Fue en el 2009 que Grande se convirtió en la campeona para la categoría de bodyboarding en las competencias de Pipeline, en Puerto Rico y en Estados Unidos, llegando a ser la número 6 a nivel mundial. En el 2012, logró ganar su segunda competencia en Chile, el Arica Chilean Challenge.

“He regresado a Hawái unas 12 veces para representar a Puerto Rico”, señala Grande, quien también ha visitado otros países como: Australia, Panamá, República Dominicana, Indonesia, Chile, Argentina, Perú, Portugal, España y Francia. Próximamente será la única puertorriqueña en ir a Chile al Antofagasta Bodyboard Festival; a Japón por primera vez, a Portugal y a las Islas Canarias para continuar compitiendo.

A pesar de que su playa favorita en Puerto Rico es Margara, en Arecibo, Grande siente una conexión especial con la comunidad de La Perla, ya que ahí fue donde comenzó a desarrollarse como una profesional en el bodyboarding.

Por noveno año consecutivo, Grande estará llevando a cabo la Jornada Eco-Deportiva en La Perla junto a un equipo que siempre la acompaña. Los residentes del barrio y el público en general tendrán acceso a una variedad de talleres gratuitos de música, arte, baile, fotografía y bodyboarding, entre otras cosas más. Estos talleres se ofrecerán el sábado 29 de julio, desde las 9:00 a.m. Su misión es usar el deporte para facilitar la educación de los niños y romper con el tabú que hay con la comunidad.

“Disfruten la aventura del deporte. Lo más importante no es competir ya que los récords desaparecen y los trofeos cogen polvo, sino que deben disfrutar esa conexión que tendrán con la naturaleza y con Dios”, aconseja Grande a aquellos que están comenzando en el mundo del bodyboarding, un deporte que ha perdido muchos seguidores a través de los años.

Para más información, accede a su página en Facebook: Luz World Champion

Foto: IStock

No Comments Yet

Leave a Reply