Mitos y realidades de los antidepresivos

Usualmente existe un estigma con el uso de medicamentos antidepresivos, al igual que se puede decir que hay ciertos mitos que pueden manchar la reputación de estos.

En una entrevista exclusiva para BUENAVIDA.PR, la psiquiatra Iris Rodríguez Delgado, del Instituto Psicoterapéutico de Puerto Rico (INSPIRA), explica los mitos y las realidades de los medicamentos usados para tratar la depresión.

Lo primero que hay que determinar es el nivel de depresión que el paciente pueda tener. El medicamento dependerá de los síntomas que el paciente tenga, que pueden ser de una depresión leve, moderada o severa.

La depresión es un desorden neurobiológico, el cual afecta las emociones de una persona. Un paciente con depresión puede padecer de falta de concentración, desesperanza, tristeza o pérdida de interés que dura más de dos semanas consecutivas. Este también puede llegar a tener pensamientos suicidas y alucinaciones, sostiene la psiquiatra de niños y adolescentes.

“Los medicamentos mejoran el estado de ánimo, reaccionando con los neuro-receptores en el cerebro”, expresa la doctora Rodríguez Delgado.

Hay diferentes tipos de medicamentos, cada uno con sus efectos secundarios, que sí pueden incluir aumento o pérdida de peso. Otros efectos secundarios a los medicamentos antidepresivos pueden ser dolores de cabeza y de estómago, y disminución del deseo sexual.

Está el mito de que las personas que usan antidepresivos pueden sentir más tristeza o que sus pensamientos suicidas, si los tienen, pueden aumentar. Según la doctora Rodríguez, los antidepresivos tardan dos semanas en hacer efecto cuando se consumen todos los días.

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“El tratamiento deber ser individualizado, no todos reaccionarán a los mismos medicamentos de igual forma. Si después de dos semanas, la persona no tiene ningún tipo de mejoría o se siente peor, puede estar consumiendo el medicamento equivocado”, asevera la siquiatra con 18 años de experiencia.

Los niños y los jóvenes son más susceptibles a padecer de un aumento en pensamientos suicidas al tomar ciertos medicamentos y por eso hay que tener mucho cuidado con los medicamentos que se les refieren. Es de suma importancia que los menores de 18 años vean a un psiquiatra específicamente de niños y adolescentes.

Los antidepresivos no son adictivos y no crearán una dependencia en la persona que los consumen. Si una persona es dada de alta, no debe dejar el medicamento de cantazo, sino que se debe bajar la dosis poco a poco.

Lo mismo ocurre con la percepción de que las mujeres embarazadas no deben tomar medicamentos antidepresivos. Para este tipo de pacientes, se miden los riesgos y los beneficios, y entonces se toma una decisión. Una mujer embarazada con depresión y sin tratamiento tiene más riesgo de tener un bebé bajo peso.

Otra razón de por qué a lo mejor vemos que los medicamentos antidepresivos no están funcionando es porque se está tratando solo una parte del problema. Si una persona padece de bipolaridad, es probable que los antidepresivos no le ayuden mucho y esto aumente el riesgo de desarrollar pensamientos suicidas o caer en un estado maníaco inducido por la bipolaridad no diagnosticada. Lo mismo puede ocurrir cuando se aumenta la dosis de los antidepresivos muy rápido.

“La depresión tiene tratamiento y cura”, concluye la psiquiatra sobre uno de los mitos más comunes sobre la depresión y los efectos de los antidepresivos.

Lo importante es buscar cualquier tipo de ayuda de algún profesional, no importa si es solo tristeza o si es algo tan serio como alucinaciones y pensamientos suicidas.

Foto: IStock

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