Una crisis nerviosa es aquel momento en que nuestra actitud cambia por completo y explotamos después de un evento que nos causó mucha angustia.
Según la psicóloga Abigail Amador Colón, uno de los signos de una posible crisis emocional es la reacción de la persona en un ambiente específico, ya sea la escuela, la universidad, el trabajo, en una relación de pareja o en familia. Dependiendo de esta, podemos notar los cambios que ocurren.
“También hay que conocer el historial de experiencias de esa persona”, sugiere la psicóloga con más de 15 años de experiencia en consejería psicológica. Esto quiere decir que si la persona usualmente es explosiva, su reacción se repetirá.
Vale recordar que las reacciones son aprendidas. Los padres pudieron haber permitido que el niño o niña gritara y pataleara cuando pequeño y ese comportamiento puede modificarse mientras crezcan. La vida también pudo haberle enseñado a esa persona a reaccionar de diferentes formas.
¿Cómo podemos reconocer que una persona puede tener una crisis nerviosa?
“Esto depende, pero usualmente, se puede ver que la persona está muy ansiosa. Puede caminar de lado a lado, comer mucho y hasta mostrarse desesperada cuando hace las cosas”, explica la doctora Amador Colón.
Las personas que usualmente son más calladas pueden tener el efecto de olla de presión. Pueden aguantar y mantener sus sentimientos guardados hasta explotar.
Los signos continúan si la persona está muy cansada, pero va más allá del agotamiento físico. El agotamiento de una persona a punto de una crisis nerviosa será mental y emocional. Se pueden observar respiros profundos para mantener su control.
La persona también puede dar pequeños golpes en el escritorio o en la mesa para liberar su ansiedad. Cuando están tratando de mantener el control y te piden que les des espacio, respeta su decisión, pero mantente cerca para velar por su seguridad y la de los otros. Es bueno recalcar que estás de apoyo y que pueden venir a ti cuando lo necesiten.
Cuando es una conducta repetida, es mejor buscar ayuda profesional, ya que también podría ser indicio de pobre manejo de estrés, depresión y/o ansiedad.
Aunque no son una solución permanente, es bueno practicar ejercicios de respiración, dar un corto paseo y escuchar música suave para recuperar el control.
Foto: IStock