La siguiente rutina no solo fortalecerá tu cuerpo, también es buena para tu alma. Además, puedes hacerla con tu madre o tu hija, lo que ayudará a estrechar los lazos de amor que las unen.
Diseñada para ti por la entrenadora personal e instructora de yoga Gisela Santiago, puedes realizarla tres días a la semana y ¡no te tomará más de 10 minutos! Santiago sugiere que hagas tres repeticiones de cada asana (postura). Sostén cada repetición por entre 15 y 30 segundos.

Tadasana (montaña)
Posición inicial: Parada con las piernas juntas y los brazos hacia el techo con las manos entrelazadas y los dedos índice apuntando hacia el cielo. Inhala suavemente.
Posición de ejecución: Exhala despacio mientras inclinas el torso hacia el frente y mueves los brazos hacia atrás.
Vrikshasana (árbol)
Posición inicial: Parada con las piernas juntas y los brazos hacia el techo.
Posición de ejecución: Sube una pierna apoyándola sobre el interior de la otra. Mientras inhalas suavemente, desciende los brazos con las manos juntas a la altura del pecho. Exhala despacio y regresa a la posición inicial.
Adho Muckha Svanasana (perro boca arriba)
Posición inicial: Acostada boca abajo con las piernas extendidas con la punta de los dedos tocando el suelo y los brazos flexionados al lado del cuerpo.
Posición de ejecución: Inhala profundo y despacio mientras levantas el torso, apoyándote en los brazos. Exhala despacio y regresa a la posición inicial.
Virabhadrasana (guerra I)
Posición de ejecución: Inhala mientras extiendes una pierna hacia el frente. La de atrás debe estar extendida y la del frente flexionada. Sube los brazos con las manos entrelazadas y el dedo índice apuntando hacia el techo. Exhala suavemente y regresa a la posición inicial.
Utkata Konasana (diosa)
Posición de ejecución: Piernas separadas y flexionadas. Respira profundo mientras subes los brazos a la altura del pecho, con las palmas hacia afuera. Exhala suavemente y regresa a la posición inicial.
Entre los beneficios de este tipo de entrenamiento, la experta destacó fortaleza ósea, fuerza, resistencia y tonificación muscular. También mencionó estabilidad en el área de la pelvis, estimulación y restauración del sistema nervioso, respiratorio y circulatorio. Además, promueve el balance y a nivel cerebral, se estimulan ambos hemisferios del cerebro.
El yoga es un recurso para enfocarte, estar presente en tu cuerpo y poder sentir lo que pasa en este de una manera práctica. Te conectas contigo y eso te da poder de entender y tomar mejores decisiones. Si estás bien, podrás dar más y mejor a las personas que amas.
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Fotos: Jaime Rivera / LMH