Si todos los lunes te levantas con pesar de la cama pensando que tienes que ir a trabajar, evalúa qué estás haciendo para lograr que tu ambiente de trabajo sea tan pesado.
A continuación, algunos consejos para que la carga sea más llevadera:
Piensa positivo: Cuando aprendes a cambiar de manera voluntaria e intencional hacia una emoción positiva, el ritmo de tu corazón cambia inmediatamente.
Si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada: Olvídate de buscar culpables, recibe las buenas experiencias con las manos abiertas y aprende de las malas.
Ama tu trabajo: En lugar de verlo como algo que te impide tener tiempo libre, míralo como esa posibilidad de generar dinero para darte esos gustos que te agradan.
Mide tus problemas: Si tu problema no tiene solución, emplea tus energías en superarlo. Si tiene solución, comienza a trabajar en ella.
Aléjate de la frustración: Ponte metas a corto plazo. Es mejor dar pasos pequeños pero seguros. Comienza identificando tus capacidades y los aspectos del trabajo que puedas controlar.
Escápate: Cuando sientes que no estás laborando de manera eficaz, tómate unos días libres. Seguramente, el bloqueo se debe al estrés.
Déjate consentir: Si estás agobiado y alguien te ofrece ayuda, acéptala.
Foto: IStock