Descubre tu personalidad a través del eneagrama

El eneagrama es una figura geométrica que representa los nueve tipos de personalidad fundamentales de la naturaleza humana y sus complejas interrelaciones.

Es una descripción de la psicología moderna basada en la sabiduría espiritual de muchas tradiciones antiguas diferentes (Riso y Hudson, 1998). Para la doctora Isabel Beltrán de Lugo, coach personal con eneagrama, “este, más que un sistema de personalidad, es un método maravilloso, claro y preciso para comprender quiénes somos y para entender a los demás.

Personalmente lo descubrí hace más de 20 años y lo he usado para relacionarme con mis hijos, mi pareja, mis padres y hermanos y para trabajar con mis clientes (cuando solía trabajar en coaching)”. A juicio de la doctora, se trata de una herramienta muy efectiva para lograr cambios y ser más felices. “Hoy en día es utilizado a nivel de coaching personal y de empresas. Sin embargo, cualquier persona que tenga interés, puede, a través de lecturas, tests de personalidad y talleres, descubrir todo su aporte”, sostuvo.

Salud física y emocional

Según Beltrán de Lugo, no es posible separar la salud mental o emocional de la física. “Ambas –lo sabemos– están intrínsecamente unidas. Cuidar de nuestra salud involucra cuidar de nuestro cuerpo, pero también de nuestra salud emocional”. ¿Cómo darnos cuenta de que necesitamos hacer cambios si no sabemos qué debemos cambiar? “El eneagrama, en este sentido, nos ayuda a descubrir nuestros patrones de conducta describiendo nueve tipos básicos de personalidad. Cada tipo trae tanto sus dones y capacidades como sus dificultades. De esa manera, el eneagrama funciona como una guía para aclarar cómo funcionamos (nuestra conducta). Una vez se descubra a qué tipo de personalidad pertenecemos, podemos hacer cambios”, manifestó.

La palabra eneagrama viene del griego “enea” que significa nueve y “grama”, algo dibujado o escrito, así como diagrama. En ese sistema se describen nueve tipos básicos de personalidad. A cada tipo se le adjudica un número del uno al nueve. Es un sistema dinámico, pero “para simplificar el concepto, nombraré las personalidades con sus rasgos más importantes, sus miedos y fortalezas”, señaló Beltrán de Lugo.

¿Cuál es tu número?

UNO: El juez, perfeccionista. Se reconocerán aquellas personas que suelen ser estructuradas y responsables, competentes, que valoran las reglas y las leyes, que suelen querer tener la razón y que buscan la perfección. Sus mayores cualidades suelen ser la integridad, la disciplina y la responsabilidad. Buscan ser perfectos y desean que los demás y el mundo sean perfectos. Hay que recordarles que la vida es para disfrutarla y que tal y como son “es suficiente”.

DOS: El altruista, complaciente. Suelen ser amorosos, cálidos y expresivos. Necesitan ser apreciados por los demás. Son sociables. Su mayor cualidad es la empatía, la generosidad y la calidez. Les gusta relacionarse con los demás. Buscan ser amados y necesitados por otros. Hay que recordarles que atiendan a sus necesidades y a aceptar la ayuda de los demás.

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TRES: El exitoso. Suelen tener encanto, ser competitivos y adaptables. Muchas veces son workaholics. Sus cualidades son la confianza en sí mismos, el deseo de triunfar, su alta energía y enfoque. Buscan que se les reconozca por sus éxitos (más que por quienes son). Hay que recordarles que disfruten lo que hacen sin necesariamente pensar en los logros, que hagan lo que les dicte el corazón.

CUATRO: El artista, individualista. Suelen destacarse por su sensibilidad y emocionalidad. Sus mayores cualidades o dones son la creatividad, originalidad y autenticidad. Buscan ser diferentes, especiales y únicos. Hay que recordarles que se enfoquen en ser más objetivos, que extiendan su sensibilidad hacia los demás y que consideren lograr objetivos tangibles.

CINCO: El observador. Suelen ser enfocados, curiosos, complejos y profundos. Tienden a tener alto intelecto. Desean ser expertos y competentes. Sus dones son ser innovadores, objetivos y visionarios. Hay que recordarles el que se conecten con su cuerpo y su corazón, que “vivan” sus experiencias y que sientan su poder; que se relacionen con los demás.

SEIS: El leal. Suelen ser personas de confianza, fiables, trabajadoras, organizadas, vigilantes y ansiosas. Tienen una gran capacidad para prever problemas potenciales. Sus mayores dones son el de la responsabilidad y lealtad. Tienden a trabajar en grupo respetando la jerarquía. Suelen tener muchos amigos. Hay que recordarles que confíen en su intuición y sus instintos. La meditación es muy valiosa para ellos porque les ayuda a apaciguar su mente.

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SIETE: El entusiasta. Suelen mostrarse un tanto exuberantes y extrovertidos. Son muy energéticos, quieren descubrirlo todo, probarlo todo. La libertad y tener opciones son muy importantes para ellos. Buscan constante estímulo y satisfacción. Son mayormente alegres y juguetones, espontáneos y optimistas. Hay que recordarles el apreciar el aquí y el ahora; que se den el tiempo de “digerir” y procesar cada experiencia (en vez de saltar de una a otra). Hay que invitarlos a crear más espacio y menos actividades y a que se atrevan a sentir profundamente.

OCHO: El jefe o líder. Se reconocerán en este tipo aquellas personas de personalidad fuerte, asertivas, independientes, determinadas y orientadas a la acción. Suelen ser apasionados en lo que hacen y son líderes por naturaleza. Sus mayores dones son su fuerza y su sentido de realidad, su autoconfianza y poder. Porque temen ser vulnerables, hay que recordarles que pedir y recibir ayuda es una gran cualidad para un líder. ¡Que bajen su ritmo, que se expresen con más comprensión, que usen la pluma y no el martillo!

NUEVE: El pacificador. Suelen ser personas tranquilas, llevaderas y modestas. Suelen ser optimistas y alegres. Sus mayores dones o cualidades son la bondad, la aceptación y su gran capacidad de mediar. Porque le temen al conflicto, hay que recordarles que se involucren, que conecten con sus sentimientos de rabia y que estén dispuestos a sentirse incómodos. Finalmente, que practiquen el priorizar.

Tu tipo de personalidad

“Nadie puede decidir a qué tipo de personalidad pertenecemos. Ningún coach o terapeuta responsable lo hará. Parte del proceso de crecimiento personal consta en hacer esa búsqueda y determinar por uno mismo si funciona más como un cuatro que como un nueve o como un siete, por ejemplo. Para un trabajo más profundo, un coach, terapeuta o guía espiritual será de inmenso valor”, recomendó.

Existen numerosos libros sobre el eneagrama con descripciones claras de cada uno de los tipos de personalidad. Personalmente recomiendo La sabiduría del eneagrama, de Don Riso y Russ Hudson. También existen tests en la web como los que ofrece www.enneagraminstitute.com.

Espiritualidad

Según Beltrán de Lugo, el eneagrama se puede llevar hasta donde uno desee. “En mi práctica profesional como coach lo utilicé como una herramienta de toma de consciencia, es decir, con la intención de aportar claridad a mis clientes. Si la espiritualidad se considera como un viaje interior, entonces podemos decir que el eneagrama sí se relaciona con la espiritualidad. Es, hasta cierto punto, un compendio de sabiduría universal que no pertenece a ninguna religión en particular”, señaló.

“Hay tanto por decir sobre el valor del eneagrama, pero creo fundamentalmente que su mayor aporte llega en un momento de gran confusión mundial como una caja llena de sabiduría que puede sanarnos. Necesitamos un mundo con mayor autoconocimiento y consciencia porque solo podemos cambiar lo que podemos reconocer. Necesitamos un mundo más sano física, emocional y espiritualmente. Un mundo de líderes estables, balanceados, enfocados, conectados al corazón. Cambiar requiere de valentía, pero ¡qué maravillosa se siente la vida después del esfuerzo! Luego, no hay vuelta atrás”.

La Dra. Isabel Beltrán de Lugo D.M.D., es coach personal con eneagrama.

Foto: IStock

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