Muchos atletas de reconocimiento mundial como la nadadora olímpica con seis medallas de oro, Amy Van Dyken, o la estrella de fútbol, Jerome Bettis, sufren de asma inducida por ejercicio. Ahora bien, ¿qué es el asma inducida por ejercicio? Es un tipo de asma que le ocurre a entre siete y nueve de cada 10 personas asmáticas.
Sin embargo, es importante diferenciarla del grupo de personas que sufre de broncoespasmo inducido por ejercicio. Estos sujetos no tienen por definición asma crónica con inflamación bronquial como lo define la literatura médica, y por supuesto, no experimentan síntomas de asma cuando son expuestos a provocadores comunes como animales, polvo, hongos o polen. Solo experimentan síntomas cuando hacen ejercicios extremos.
El asma inducida por ejercicio ocurre cuando la vía aérea o bronquios pulmonares se ponen más angostos y dificultan el paso de aire hacia los pulmones. Esto ocurre como consecuencia de la pérdida de agua y calor, por la ventilación acelerada de aire seco y frío, especialmente por la boca, cuando se hace ejercicio evitando ser filtrado, calentado y humidificado por la nariz.
El asma inducida por ejercicio es una afección médica compleja que causa una broncoconstricción, o reducción del calibre del bronquio después de que los procesos inmunológicos químicos, como por ejemplo la producción de histamina y otros provocadores inflamatorios como citoquinas, produzcan este proceso a consecuencia de hacer ejercicios aeróbicos. Esta dura unos minutos y debe ser tratada antes y después para evitar consecuencias y alentar a la persona a continuar ejercitándose sin limitaciones.
Los niños y adultos que experimenten asma inducida por ejercicio o broncoespasmo por ejercicio no deben tener ninguna razón que les impida continuar con la actividad física. El ejercicio y los deportes ayudan a la resistencia, mejor preparación física, relajamiento y entretenimiento saludable.
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Los síntomas del asma inducida por ejercicio son:
- Pecho apretado
- Tos seca, falta de aire, sibilancia
- Pobre desempeño en el ejercicio
- Fatiga, recuperación lenta del ejercicio
- Molestia estomacal
La mayoría de los casos comienzan en la niñez o adolescencia, ya que son más activos a estas edades. Estos jóvenes se caracterizan por tener disminución de su actividad física, son más sedentarios y se quejan de fatiga al ejercitarse. Para el diagnóstico existen las pruebas de ejercicio, examen de función pulmonar o espirometría, además del metro de flujo de pico espiratorio. No obstante, la mejor recomendación es hacer una evaluación médica y establecer un plan de tratamiento temprano para antes, durante y después del ejercicio.
Manejo y tratamiento
El tratamiento para asma inducida por ejercicio o broncoespasmo inducido por ejercicio es igual que un ataque de asma agudo, incluyendo remover la persona de la competencia o el ejercicio. Es difícil indicar unos ejercicios sobre otros para evitar este problema; sin embargo, las personas con asma deben evitar hacer ejercicios extremos al aire libre, en momentos en que el ambiente esté muy frío y ventoso con el aire seco, o extremadamente húmedo, ya que esto aumenta la cantidad de hongos ambientales, etc., que son detonadores de asma. Debe considerar la natación o el gimnasio con ambiente controlado para ejercitarse.
Cualquier deporte que haga debe ser ejecutado aumentando la intensidad poco a poco. En otras palabras, si tiene asma no debe empezar con ejercicios extremos como sprinting o levantamiento de pesas fuerte. Debe comenzar despacio, con poco peso y haciendo calentamiento antes de empezar actividad fuerte o extrema. Si ha estado sedentario, debe empezar con deportes de resistencia como caminar, nadar, o bicicleta estacionaria. Lo importante es que disfrute la actividad física.
El asma no debe ser un impedimento para hacer ejercicios, siempre y cuando tome los medicamentos aconsejados por el doctor.
Hay dos grupos de medicamentos: los controladores y los rescatadores. Los primeros tienen la función de prevenir a largo plazo los síntomas; son los corticosteroides inhalados en combinación de beta-agonistas de larga actuación y los antagonistas de leucotrienos. Los segundos son rescatadores que se usan antes del ejercicio extremo y durante o después de terminar si ocurriera un ataque agudo. Estos son los beta-agonistas de corta actuación y anticolinérgicos.
La incidencia tanto de asma inducida por ejercicio y broncoespasmo inducido por ejercicio es muy alta en nuestra sociedad, especialmente en los niños y adolescentes. Por esta razón, los padres, maestros de educación física y adultos que quieran ponerse en un plan de ejercicio deben instruirse sobre cómo tratar esta enfermedad, pero también asegurarse de escoger el deporte y ejercicio que puedan disfrutar.
El autor es neumólogo.
Foto: IStock