El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, dijo el jueves que el impuesto sobre las gaseosas azucaradas recaudó $5.7 millones en enero, más del doble que lo previsto por las autoridades.
Por su parte, algunos supermercados y distribuidores de gaseosas dijeron que deberán despedir personal desde que las ventas de las bebidas sin alcohol cayeron entre un 30 y 50 por ciento.
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La ciudad preveía que el impuesto, que entró en vigor el mes pasado, recaudaría $2.3 millones en enero y $91 millones en todo el año.
Los funcionarios municipales prevén que las ventas recuperarán sus niveles una vez que los consumidores de habitúen a los precios más altos. Dicen que los anuncios sobre despedidos son una táctica para amedrentar a otras ciudades que buscan imponer un impuesto similar.
Foto: IStock