Tuve que tomar una decisión difícil hoy: cancelar mi próxima carrera de 50 millas en los Keys de Florida. No por falta de ganas de entrenar, sino porque no era factible viajar ahora mismo por circunstancias familiares. Eso pasa a veces, uno quisiera pero no se puede.
Como indiqué en mi blog anterior, La inversión de correr, las carreras a menudo son mi motivación para entrenar, así que si ya no tengo una carrera como fin, ¿qué hago para mantenerme disciplinada?
Hay un mantra que utilizan los Marines (y que Clint Eastwood hizo famoso en la película Heartbreak Ridge) que sigue repitiéndose en mi mente: “Improvise, Adapt, Overcome”. Improvisa, adáptate, supéralo.
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Para mí y bajo estas circunstancias eso quiere decir que como se descartó el plan original me encuentro improvisando para buscar un plan alterno. Me tengo que adaptar al no poder viajar y a la cantidad limitada de carreras de larga distancia en Puerto Rico. Y voy a superar esa limitación escogiendo nuevas metas para mantenerme enfocada.
Estas son las metas que estoy considerando. Puede que haga una combinación de las tres o puede que me enfoque en una. Todavía estoy en la etapa de improvisar.
Trabajar velocidad
La pista me aburre, no me gusta hacer sprints y mis corridas tempo (a un paso donde no puedes hablar y respirar es difícil) siguen siendo lentas comparadas al corredor aficionado promedio. Por eso mi enfoque siempre ha sido ir lo suficientemente lento como para durar varias horas trotando. Pues, tal vez es el momento de experimentar, salir de la zona de confort. Hay carreras 5K y 10K casi todos los fines de semana, puedo intentar mejorar mi tiempo personal en estas distancias y hasta retarme en un medio maratón. Es otra forma de entrenar que me puede ayudar a ser mejor corredora de larga distancia. Además, es algo que nunca he intentado.
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¿Por qué esa distancia? Pues… porque sí. No necesito una carrera con oasis y una medalla para correr 31 millas. Hay corredores ultra que hacen esta distancia como entrenamiento, bajando desde Arecibo hasta Ponce o corriendo desde el Viejo San Juan hasta Piñones y de vuelta. Puedo dejar mi carro en un punto estratégico con neverita y comida o puedo reclutar a mi familia que me sigan en el carro y se aseguren que tenga agua y lo que necesite.
Enfocarme en el crosstraining
Para ser mejor corredor siempre recomiendan combinarlo con otro ejercicio como spinning, levantamiento de pesas, Crossfit, yoga, cualquier cosa que no sea correr. Yo encontré que mi crosstraining favorito son las clases de entrenamiento funcional que trabajan resistencia y fuerza. Piensa burpees, push ups, sprints, kettlebell swings, etc. Actualmente tomo estas clases dos veces en semana. Durante este periodo de transición puedo escoger coger más de estas clases a la semana y reducir la cantidad de días que corro. Hacer crosstraining 3 días y correr 3 días, por ejemplo.
No es la primera vez que me pasa algo así y lo que he aprendido gracias a la experiencia es que no hay que frustrarse ni quedarse de brazos caídos cuando las cosas no salen como uno quisiera. Lo chévere de correr es que siempre está ahí, siempre hay la posibilidad de carreras futuras. Para superarlo hay que conocerse y adaptarse a las nuevas circunstancias.
Como cuando una corrida larga se pone difícil, te pones las gríngolas y sigues hacia adelante.
Foto: IStock