Ya no veo de cerca

La vergüenza asoma a nuestro rostro. No vemos la factura que nos acerca el mesero o el documento en el banco que debemos firmar. Sin duda, en muchas ocasiones, sentimos que estamos dejándole saber al mundo que ya rondamos los 40 años. La falta de visión óptica de cerca se asocia con envejecimiento, pero no necesariamente de la persona, sino de las funciones del ojo, lo que nos obliga a tratarlo de forma inmediata.

¿Por qué ocurre?

La presbicia es un proceso fisiológico normal que literalmente significa “ojo envejecido”. Esta afección ocular se relaciona con el paso de los años que dificulta ver las cosas de cerca, como cuando se era más joven. Esto tiene una explicación natural.

Cuando se es joven, el cristalino del ojo (estructura con forma de lente biconvexo situada detrás del iris) es suave y flexible. Dicha flexibilidad le permite cambiar su forma fácilmente, lo que posibilita el enfoque de objetos cercanos y lejanos.

Según el doctor en optometría Ángel Rosado, esto ocurre porque dentro del ojo se crean capas que engrosan el lente cristalino y, como consecuencia, lo tornan más rígido. “El músculo ciliar no lo puede contraer, lo que nos obliga a alejarnos del objeto para lograr mayor enfoque”, establece.

Este proceso nos lleva a perder visión de cerca, debido a que el lente no puede cambiar de forma tan fácil como antes lo hacía, en actividades en que dicho movimiento es tan necesario como la lectura u observar cosas a corta distancia.

Para corregirlo

La presbicia se detecta con un examen de la vista para entonces manejarla con lentes bifocales y progresivos. Dentro de la evaluación, y para preservar la salud visual y descartar otras complicaciones, se mide la presión del ojo, de la retina y todo lo concerniente a la visión.

Además de la receta de espejuelos para leer de cerca, los pacientes con un diagnóstico de miopía que hayan desarrollado presbicia pueden usar lentes de contacto multifocales para corregirlo. Dicho lente se llama “monovisión”, por medio del cual se usa un ojo para ver de lejos y otro para ver de cerca.

Hay casos en los que se necesita una buena visión, tanto de lejos como de cerca, por las tareas que se desempeñan a diario. En estos casos, el especialista optará por escoger un lente para enfocar a distancia y un espejuelo para ver de cerca. Lo importante es dejarse guiar por las recomendaciones de los expertos en el tema y mantener al día la evaluación visual anual.

Foto: IStock

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