En nuestra cultura la Navidad es una celebración del nacimiento del niño Jesús, pero la verdad es que tiene tantos significados como se le quieran dar.
Unos la asocian con regalos, vacaciones, fiesta; otros la relacionan con reuniones con parientes y amigos, con comida, otros con tristeza y soledad. En la suma y en la resta, para unos es tiempo de reír y para otros es tiempo de llorar.
Según el psiquiatra José Franceschini Carlo para algunas personas las Navidades tienen un matiz agridulce, ya que por un lado están alegres porque es la época para festejar en unión familiar, con amistades; pero por el otro se sienten tristes por todo lo que está pasando, por los seres que ya no están, por los que puede que esta sea su última Navidad. Sin embargo, “los que se entristecen en esta temporada típicamente son los que tienden a ser más negativos en la vida, los clásicos pesimistas, los que ven la botella medio vacía y no medio llena”. Ojo con eso.
Cuenta bendiciones
Si eres de los que se aflige en este periodo, el psiquiatra recomendó, ante todo, que seas realista, racional y que evites ahogar las penas en alcohol u otras prácticas nocivas. “Muchos creen que intoxicándose estarán más alegres. Sin embargo, una vez pase el efecto del alcohol caerán en un estado depresivo más profundo. Sabemos que la situación general no es la mejor, pero hay que valorar la salud, la familia y las amistades. En otras palabras, es necesario contar las bendiciones y estar más pendientes de lo que tenemos que de lo que no”. A veces las personas se enfocan tanto en lo malo o están tan acostumbradas a esas bendiciones que no las ven o dejan de valorarlas, añadió el médico enfatizando que es necesario “ser más optimistas, tener más esperanza, ver el lado positivo de cada situación”.
Separar la paja del grano
Otro consejo del psiquiatra es que separes los problemas. “Si una persona no tiene trabajo, no puede permitir que eso afecte su familia, su salud, su comportamiento social o viceversa; si tiene dificultades familiares no puede consentir que eso interfiera con su trabajo, etc. Si aprende eso, aprende a contar sus bendiciones”, subrayó.
Anticipándose a los más escépticos y su línea de “es bien fácil decir que hay que contar las bendiciones, cuando no eres tú el que está desempleado”, Franceschini Carlo sostuvo que les plantea: “‘estoy seguro de que si vamos al lobby del hospital y ofrecemos cambiar tus problemas por los de alguien que está allí, probablemente muchos vendrían incluso a pagarte por ellos, porque esas personas tienen enfermedades terribles, a veces terminales, o un familiar muy querido, un padre, una madre, un hijo, está en una camilla agonizando’”.
En resumidas cuentas, recalcó que para ser más feliz en Navidad y todos los días, el secreto está en ser más positivo, “más agradecido con lo que tenemos y desenfocarnos de lo que no tenemos. Aprovechemos este periodo para unirnos a nuestra familia, como pueblo, independientemente de lo que nos separa. Debemos enfrentarnos a los problemas, porque la inmensa mayoría de ellos tiene solución”, señaló.
Foto: IStock