Impacto del alcohol vs. el aumento de peso

Además de su efecto en tu comportamiento y de las consecuencias legales que puedes tener, el alcohol es una fuente de calorías, ¡calorías que no quieres!

De acuerdo a la bariatra Anibelle Artieri Ramírez, el alcohol aumenta el peso, “pero mucho menos que el azúcar, el pan blanco, las papas o el arroz blanco”.

Según indicó, la razón es que el alcohol es un hidrato de carbono que se acumula en forma de grasa tan pronto entra en contacto con la insulina. Esto ocurre mayormente cuando se tiene el estómago vacío, pero al haber comido proteínas previamente o algo de grasa, se metaboliza más lentamente y se combina con más alimentos, acumulándose menos en forma de grasa, explicó.

Lee también: Las calorías en tu trago

En la fase inicial de reducción de peso (Fase I) no se debe tomar alcohol, advirtió. “Si estás en una actividad en la que debes compartir con invitados, escoge una bebida sin alcohol como agua carbonatada con limón, jugo de tomate o una soda sin calorías. Hay ocasiones en las que puede ser difícil impedir que te sirvan una copa de vino (por ejemplo, cenas de negocio o celebraciones especiales); en estas situaciones maneja la copa como si estuvieras bebiendo: moja los labios, aspira el aroma del vino y evita tomarlo, recomendó

Lo mismo ocurre con el pan. En una comida, puedes poner el pan en tu platillo, partirlo por la mitad y no comerlo; nadie sospechará que estás a dieta.

Lee también: Reduce el consumo de alcohol

Según la bariatra, en la Fase II, cuando se puede añadir alcohol a la dieta, lo recomendable es el vino tinto en cantidades moderadas. El máximo en una comida son dos copas de cuatro onzas cada una.

“Aconsejo preferir un vino de buena calidad. Tinto mejor que blanco, pues tiene menos azúcar y varios de sus componentes ayudan a controlar el colesterol en sangre”, manifestó.

Otros consejos de Altieri Ramírez son:

  • No debes tomar bebida de aperitivo, menos aún con el estómago vacío y nunca cuando la bebida es dulce, como el ponche, el coquito y las mezcladas con jugo de frutas. En un caso especial, puedes tomar una copa de buen champán. Eso sí, nunca le añadas jugo o sirop para hacerlo una “bebida original”.
  • Si vas a tomar alguna copa, antes trata de “picar” algún entremés. Este no debe ser de hidratos de carbono como harinas y menos, frituras. Escoge aceitunas, camarones, quesos (sin galletitas), salmón ahumado, pedazos de carne, jamones o mariscos. Aléjate de las galletas, el maní y los saladitos de bolsa.
  • Nunca deberás tomar licores dulces o cordiales después de comer. Estas bebidas suelen ser deliciosas pero su contenido de azúcar es extremadamente alto, alterando por completo el metabolismo.

Foto: IStock

No Comments Yet

Leave a Reply