Las vivencias y la transformación de Cindy Suárez Ortiz, una mujer joven y emprendedora, podrían llenar un libro. La trabajadora social clínica, health coach y pianista profesional es sobreviviente de bullying tanto a nivel académico como laboral, ha sufrido afecciones hormonales que le requirieron operaciones y tratamientos especializados y es una persona que por años dejó a un lado su pasión: la música. Regresar al piano y adoptar un estilo de vida páleo la ayudaron a cambiar su vida y ahora busca inspirar a otras mujeres que pasan por momentos difíciles a transformarse.
“Voy dirigida hacia la población femenina que está en la ruta de elevar su felicidad y bienestar y quiero ayudarles brindándoles esas herramientas para que puedan completar su proceso de transformación”, resalta Cindy.
La historia de Cindy comienza a los tres años cuando unas infecciones de oído severas causaron que poco a poco perdiera la audición. A pesar de ser sorda, Cindy tomaba clases de piano, primero en Nueva York, donde nació, y luego en San Juan, donde se crió, logrando interpretar la música con la ayuda de sus otros sentidos. El piano sirvió también como su refugio cuando en la escuela experimentó acoso constante de parte de sus compañeros de clase. Eso redundó en síntomas físicos que la perseguirían hasta la adultez.
“Sufrí desbalance hormonal y pérdida severa de cabello desde los nueve años. Todos esos cambios van relacionados con el estrés a raíz de navegar en un mundo de oyentes como mujer sorda”, asegura.
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En la escuela superior su estrés era tan severo que cuando su madre le preparaba desayuno, rápidamente lo vomitaba todo. Sin embargo, Cindy hacía todo lo posible para ocultar su sufrimiento de sus padres. Se sumergía en el piano, pasaba horas practicando y esa era su manera de sanar.
En la universidad Cindy sobresalió, graduándose con una maestría en Trabajo Social Clínico. Sin embargo, su sordera le impidió conseguir empleo durante siete largos años. Eventualmente dejó de indicar en las solicitudes de trabajo que tenía un impedimento y al tiempo consiguió trabajo en una agencia de gobierno.
Durante ese proceso, Cindy sufrió un golpe muy duro. Fallece su maestra de piano Hermenia Guerra, quien durante 15 años se había convertido de mentora en amiga, y al buscar una nueva escuela de música, todas le requerían empezar desde cero. Se sintió desmotivada y poco a poco fue dejando a un lado su instrumento.
“Estuve ausente durante aproximadamente cinco a seis años [del piano]. No sabía que cuando estuve ausente de la música, en ese tiempo comencé a tomar rumbos equivocados”, apunta.
Por razones burocráticas no lograba que le concedieran acomodo razonable en su trabajo, como un teléfono especial para que pudiera atender llamadas. En una ocasión no pudo atender una situación de urgencia al no oír bien lo que la persona que llamó le estaba diciendo. Por otro lado, al no querer sentirse excluida, hacía todo lo posible por ocultarles a sus compañeros su dificultad auditiva.
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El estrés se volvió a manifestar en cambios hormonales peligrosos. Fue diagnosticada en sus 20 años con endometriosis, una dolorosa enfermedad en la que el tejido uterino (endometrio) comienza a crecer fuera del útero, y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Fue operada de los senos al aparecer una masa benigna que seguía creciendo. En sus 30 años tuvo que viajar a México para recibir tratamiento por crecimiento de células malignas. También sufría de menstruación irregular, quistes en los ovarios, anemia y problemas de tiroides, entre muchas otras afecciones.
Estos problemas de salud la motivaron a buscar ayuda de un naturópata y durante muchos años Cindy fue vegetariana. Al verse obligada a ir a México, decidió buscar otras alternativas dentro de la salud holística y descubrió el estilo de vida páleo. Al comenzar a consumir carnes y dejar a un lado la comida procesada y otras como los granos, Cindy vio resultados positivos en su salud. Ya no experimentaba pérdida de cabello, su menstruación se normalizó, bajó de peso y tenía más energía.
A comienzos de este año Cindy se certificó como health coach con el Institute of Integrated Nutrition y ahora ofrece planes para rebajar a base del modelo páleo. Todavía ejerce a tiempo completo como trabajadora social, aunque logró hacer cambios en sus circunstancias laborales para reducir el estrés y recibir el acomodo que necesitaba.
Sin embargo, el cambio más significativo que hizo Cindy fue regresar al piano. Motivada por una amiga, Cindy recuerda llegar al Conservatorio de Música y sentarse en un salón con un piano. “Cuando toqué las primeras notas, me sentí completa a nivel espiritual, me sentí en paz”, recuenta. Ahora toca profesionalmente.
Ese largo proceso de encontrar un estilo de vida que se acomodara a sus necesidades, el deseo de compartir sus experiencias y ayudar a otras personas, y el aceptar el piano como parte crucial de su bienestar fueron lo que la ayudaron a estar donde está ahora.
“Gracias a esas experiencias de adversidad, soy lo que hoy soy: una mujer guerrera, feliz y realizada, con conocimiento sobre la salud holística, con instrumentos de sanación y con una misión de inspirar a las mujeres a empoderarse en su ruta de elevar su felicidad, bienestar y transformación. Soy lo que soy porque decidí atravesar esas adversidades para desarrollar mis músculos, para aprender de ellas y crecer para entonces inspirar a otras”, afirma.
Para conocer más sobre Cindy, visita su página de internet www.cinsuco.com.
Foto: Yoel Parilla