El embarazo suele ser una etapa de felicidad y muchas expectativas por la llegada de un nuevo miembro a la familia.
Sin embargo, también puede venir acompañado de molestias, como dolores en la espalda, cintura y piernas. La quiropráctica puede ayudarte a tratar estas dolencias para que disfrutes plenamente de estos nueve meses.
La presidenta de la Asociación de Quiroprácticos de Puerto Rico, Mayda Serrano Alvira, recomienda que, si no recibes ajustes quiroprácticos, empieces a visitar un quiropráctico antes de quedar embarazada. Este profesional de la salud puede ayudarte a tener en balance tu sistema neuromusculoesqueletal en preparación para la gestación. Por ejemplo, si la pelvis está desalineada la puede reajustar para que esté en óptimas condiciones para el desarrollo del feto.
A través de las manipulaciones o ajustes quiroprácticos, se corrigen posibles subluxaciones, es decir desplazamientos pequeños de las vértebras de la columna vertebral. Estos cambios de posición o alineación de la columna, provocan una interrupción del flujo de energía a través del sistema nervioso, afectan la movilidad del cuerpo y, en ocasiones, generan dolores incapacitantes.
Al estar en tratamiento quiropráctico, el cuerpo utiliza su capacidad de recuperación para regenerase y aumentará tu bienestar general. Sentirás que tienes más energía y sentirás menos estrés. Si ya tenías dolores en la espalda, cuello, extremidades o cintura, paulatinamente desaparecerán. Esto ocurren sin la necesidad de usar medicamentos ni proceso invasivos. De este modo, tu organismo estará más listo para recibir a tu bebé.
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Una vez embarazada, también puedes beneficiarte de los ajustes quiroprácticos para aliviar los dolores que produce el peso del bebé sobre tu pelvis y en la cintura, entre otras dolencias.
La doctora en quiropráctica explica que durante este periodo la mujer tiene más estrés sobre sus articulaciones, sufre cambios hormonales, y el peso de la barriga cambia su centro de gravedad, haciendo que la curvatura natural de la columna vertebral se afecte.
La quiropráctica mejora la biomecánica del cuerpo para que sientas menos molestias y la experiencia del embarazo sea más positiva. Además, tiene otras bondades como: reducir las náuseas, mejorar la postura y aumentar la flexibilidad.
Igualmente, los ajustes continuos durante la gestación contribuyen a experimentar un mejor alumbramiento, porque preparan el canal de parto.
Las manipulaciones tienen como resultado que la pelvis y el sacro se mantengan en la posición adecuada para dar a luz y reducen la presión sobre los nervios. Esto le permite al bebé a acomodarse mejor en preparación para el parto.
Después del alumbramiento, las manipulaciones quiroprácticas ayudan a que las coyunturas y ligamentos estirados vuelvan a su posición natural y permanezcan en buen estado.
Como vez, en tu plan de embarazo y parto debes incluir los ajustes quiroprácticos. Si te preguntas por los posibles riesgos, la doctora Serrano Alvira, señala que si discutes bien tu historial de salud con el quiropráctico y se diseña el tratamiento adecuado para ti, no debes tener miedo.
Todos los quiroprácticos se adiestran para tratar embarazadas, sin embrago, no todos las atienden. La doctora recomienda que consultes antes de sacar una cita, si el quiropráctico que elegiste trata mujeres embarazadas.
Foto: IStock