Lo bueno y lo malo de los videojuegos

Los videojuegos podrían mejorar las habilidades motoras, el tiempo de reacción e incluso el rendimiento académico de un niño, pero una nueva investigación muestra que jugarlos en exceso puede vincularse con problemas sociales y conductuales.

Investigadores españoles encontraron que cualquier mejora en las habilidades vinculadas con los videojuegos en los niños de 7 a 11 años comenzaba a llegar a su límite tras unas ocho horas de juego a la semana. Y los que jugaban nueve o más horas a la semana eran más propensos a tener problemas sociales y conductuales.

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Disponibles desde el 1972, los juegos electrónicos incluyen consolas de televisión, computadoras, Internet, aparatos manuales y teléfonos celulares. De acuerdo con el Instituto Nacional de Medios y Familia (NIMF), un 98% de los niños y adolescentes entre las edades de dos y 17 años los juegan. Una tercera parte de ellos los tienen en su habitación y/o los llevan consigo.

De acuerdo a la psiquiatra María T. Miranda, estos juegos han sido ampliamente aceptados por los adultos responsables de los niños, pues reconocen ventajas en el uso de los mismos. “Algunas de estas son que los mantiene entretenidos, enfocados y atentos al juego, lo que debería traducirse en destrezas necesarias para el aprendizaje académico, si el juego fuera dirigido a educar y fomentar destrezas saludables para la vida”, indicó.

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No obstante, añadió que se han publicado amplias y frecuentes investigaciones que confirman otros efectos no positivos en niños y adolescentes. Un análisis estadístico de 35 investigaciones con 4,000 participantes encontró que jugar juegos electrónicos violentos aumenta:

  • La disposición fisiológica a la agresión (aumento en las palpitaciones, respiración y fuerza muscular).
  • Sentimientos de coraje y hostilidad y disminuye el comportamiento social positivo.
  • Aprendizaje en el uso de armas mortíferas de manera automática.

Asimismo, Miranda señaló que los investigadores del efecto de los videojuegos, los doctores Douglas Gentile y Craig Anderson opinan que el aspecto interactivo y repetitivo de estos podría tener un efecto directo en el aumento del desarrollo de la violencia en años recientes.

“Por supuesto, este efecto no ocurre en todos, como en toda experiencia el resultado dependerá del desarrollo emocional y las relaciones familiares del niño o adolescente. Recordemos que toda experiencia los educa o maleduca”, destaca Miranda.

Por lo antes expuesto la psiquiatra recomienda:

  • Revisar si vale la pena exponer los niños a estos juegos.
  • No usar los videojuegos como niñeras o entretenimiento porque tienen efecto en su futura personalidad.
  • Permitir solo juegos educativos y no violentos.
  • Fomentar que jueguen en grupos.
  • Evitar que los usen por soledad, ansiedad o depresión y solo por un tiempo estimado según la edad. Evaluar los juegos en relación con las horas que los usan, su contenido o lenguaje, contexto, estructura y mecánica.

El tiempo recomendado, según la edad es: 

  • De dos a cuatro años: Ninguno
  • De cuatro a ocho años: Una hora diaria
  • De nueve a 18 años: Dos horas diarias

Reconocer que la relación de amor y disciplina con los hijos es lo que asegura un desarrollo saludable en la juventud, que les permite hacer buenas decisiones para sí y para otros. Los niños no nacen buenos o malos estudiantes o seres sociales; los formamos. 

La experta entrevistada es psiquiatra de niños y adolescentes. 

Foto: IStock

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