¿Tienes alguna diferencia con tu pareja y siempre terminan en gritos y pelea? ¿Sientes que las discusiones son cada vez más insoportables?
Lo primero que debes saber es que existen dos tipos de discusiones: las constructivas —las basadas en el diálogo, que fortalecen la relación— y las tóxicas, que son las que se degeneran en discusiones insoportables que eventualmente debilitan la relación.
De hecho, las discusiones típicas de pareja son una de las causas más comunes por las cuales estas buscan consejería matrimonial o incluso se separan. Muchas se acostumbran a estar en constantes discusiones y nunca llegan a resolver las diferencias, entrando en un estilo de vida que no desean, pero no saben cómo cambiar.
De acuerdo con la psicóloga consejera Naychaly Rivera Nieves, del Centro Piensa Psicología Innovadora, es usual que la ausencia de acuerdos en la relación de pareja se deba a la necesidad o falta de desarrollo de tres áreas fundamentales en las personas: identificación del problema central, autocontrol al manejar las emociones y un planteamiento concreto de posibles soluciones para el problema.
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Poder identificar el problema implica que se pueda segmentar en temas aquello que se desea atender. Para esto, la psicóloga recomendó que antes de conversar, se debe crear una lista en la cual se establezca de qué se trata el asunto: economía, hijos, crianza, sexualidad, tiempo de calidad como pareja, entretenimiento, cambios laborales o educativos.
“De esta manera, vamos centrando nuestra conversación en puntos clave que la otra persona pueda entender y manejar de manera receptiva. Este paso es esencial, pues de lo contrario la comunicación desencadenará en reproches, desorganización y solo se logra indisponer a ambas partes”, explicó.
Según Rivera Nieves, la diferencia de clarificar el problema se podría ejemplificar de la siguiente forma: el tema es “tiempo de calidad”; planteamiento incorrecto: “tú no me dedicas tiempo, todo es primero que yo…”; planteamiento correcto: “me gustaría que habláramos sobre el tiempo que pasamos juntos, pues me haces falta y quisiera que planifiquemos algo para salir el mes próximo”.
“La primera comunicación evoca emociones negativas en la otra persona dado que se está exigiendo tiempo para compartir. La segunda comunicación le da tiempo a la otra persona de empatizar o sintonizar con el deseo de pasar más tiempo juntos y a su vez plantea una posible solución al problema”, sostuvo.
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Expresar sentimientos sin ofender
De acuerdo con la psicóloga consejera, la expresión de emociones es necesaria en una relación; no obstante, esto no puede dar paso a utilizar negativamente esos sentimientos para hacer mal. Se requiere desarrollar inteligencia emocional para lograr esto.
“Es necesario expresar los sentimientos en un contexto de respeto. Esto significa que siempre debe ser protegiendo a la otra persona. Debes hablar desde la perspectiva del ‘yo siento’ y expresar ese sentimiento de esa forma, por ejemplo: ‘yo siento tristeza’, ‘yo siento coraje’, ‘yo siento alegría’, versus ‘tú me haces sentir coraje’, ‘tú eres el culpable’”.
Además, dijo, es esencial que al expresar emociones hables de lo que sientes y no de lo que crees que el otro hizo. Asimismo, recomendó que nunca se utilicen improperios, palabras soeces, descripciones que degraden el valor o autoestima de la otra persona.
“Para esto, es esencial la autorregulación, lo cual se refiere a suavizar nuestro planteamiento y no atacar a la otra persona. Es central mantener nuestra respiración controlada, estar relajados ante la expresión emocional y solo traer los sentimientos propios de la situación actual que se desea hablar, no saturados de emociones negativas del pasado no resuelto. Sobre todo, siempre asegurar una perspectiva de que la persona que tenemos de frente es la que amamos y el amor es protección y cuidado”.
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Escuchar sin tomarlo personal
“Todo planteamiento es válido y si tu pareja presenta el deseo de dialogar, se requiere un oído atento, empático y dispuesto a atender su necesidad. Si te dice algo que te duele o incomoda, exprésalo utilizando las mismas técnicas presentadas previamente. Quedarse en silencio y sentirse herido crea distancia afectiva, por lo tanto, se debe expresar aquello que nos duele, pero con pasividad y claridad. De esta forma la pareja puede aprender sobre nosotros y se esperaría que no volviese a cometer este mismo error”, señaló.
De no saber cómo aplicar estas técnicas, la recomendación final es que busques ayuda especializada para parejas. Estos y otros temas se discuten en la terapia de pareja en la que ambos miembros reciben psicoeducación para comunicarse afectivamente y desarrollar una relación saludable de pareja.
Según las investigaciones del psicólogo John Gottman, un gran estudioso de la terapia de pareja, aquellas que más felices se sienten suelen reunir estas características:
Expresiones de afecto y admiración
Cotidianamente dan muestras de cariño y ternura. Si esto es la norma, cuando se enfrenten a una diferencia verán que no es insalvable, porque lo habitual es tratarse con afecto. Son detalles que carecen de razón aparente: un bonito mensaje sin motivo particular, una nota en la nevera, un halago, hacer esa tarea que sabes no le gusta hacer, acompañarla a las tiendas, expresarle tu admiración.
Hacer un espacio para la otra persona en tu mente y en tu corazón
Las parejas que dedican parte de su tiempo del día a día a su pareja se sienten mejor. Ese espacio es para hacer algo juntos, para pensar en la relación, conocerse mutuamente, qué cosas son importantes para la pareja o para pensar sobre cómo te sientes tú. Si no sabes mucho acerca de tu pareja, es el momento de interesarte y preguntar.
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Aceptar la influencia que te propone tu pareja en tus hábitos de vida
Muchas personas se niegan a aceptar esta influencia porque la ven como un intento de controlar conductas por parte del otro. Pero si reconocen que ciertos cambios sugeridos por la pareja pueden mejorar la relación, serán bien aceptados y no se experimentarán como una imposición. La clave está en que la influencia sea recíproca y ninguno de los dos sienta que las peticiones solo recaen sobre él.
Conocer el mundo interior de la pareja
Cada uno tiene sus propias representaciones mentales de cómo deben ser la vida, las relaciones familiares, la amistad, etc. Esto se relaciona con el origen y los significados del mundo simbólico de cada uno que dirigen su vida, decidiendo qué es o no correcto. Los significados de uno no tienen por qué ser los del otro y de hecho, muchos de los conflictos en la relación se generan por esos significados y no por lo que verdaderamente pasa en la realidad. Las relaciones que más prosperan son las que hacen un esfuerzo por entender los significados y simbolismos del mundo de su pareja para crear unos significados nuevos o unos compartidos.