Muchas cosas pueden afectar tu sistema inmunológico y tu capacidad para atacar una infección. Por esta razón es importante que antes de hacerte una perforación o piercing, le indiques a la persona que la hará si padeces de diabetes, problemas del corazón, si tienes un sistema inmunológico debilitado o cualquier otra enfermedad.
Si tomas esteroides o anticoagulantes, no te hagas una perforación sin antes consultarlo con tu médico.
Si ya te hiciste la perforación y sospechas que tienes una infección o que algo no está bien, no lo postergues más; busca ayuda médica. Posponer el tratamiento puede resultar en una infección grave.
A menos que el médico te pida que retires la pieza, lo recomendado es que la dejes en su lugar, ya que esto puede asegurar que haya drenaje adecuado y evitar que se forme un absceso (que el pus se acumule).
En muchos casos, la infección puede tratarse sin que se dañe la perforación.
Las infecciones menores pueden tratarse con lo siguiente:
- Medicamentos que se obtienen sin prescripción médica y que te frotas sobre la piel, como un ungüento de antibiótico.
- Una compresa tibia aplicada sobre la perforación corporal irritada.
- Inmersiones en agua sal marina.
Una infección más grave requiere antibióticos. Algunas veces, las infecciones demasiado graves pueden requerir cirugía. El médico te indicará cuál es el tratamiento indicado para ti.
Cuida la higiene durante y después
Si te harás una perforación, asegúrate de que irás a un establecimiento limpio y seguro, y de escoger a una persona con experiencia y buena reputación.
Esta persona debe:
- Lavarse las manos con un jabón germicida antes de hacer la perforación
- Usar guantes desechables
- Usar agujas y equipo desechable o estéril
- Usar una aguja nueva para hacer la perforación
Otros consejos:
- No te hagas la perforación tú mismo ni permitas que una persona que no está calificada te la haga. Todo esto te ayudará a evitar una infección.
- Nunca te hagas una perforación por afán o moda. Elige el lugar del cuerpo y la pieza con cuidado. Evita las que estén hechas de niquel o latón, ya que pueden causar reacciones alérgicas. Busca piezas hechas de titanio, oro de 14 quilates o acero quirúrgico.
Una vez te haces la perforación corporal, es importante que mantengas el área limpia y bien cuidada. Lávate con agua tibia y jabón dos veces al día, usa un enjuague líquido medicado y dale vuelta lentamente al piercing.
Cuando una perforación o piercing está infectado, la piel a su alrededor luce enrojecida e hinchada. Quizás sientas dolor al tacto y el área podría estar un poco más caliente de lo normal. También podrías eliminar secreciones malolientes.
Si tienes fiebre o si estás sintiendo cualquiera de estos síntomas, acude al médico.
Fuente: familydoctor.org