Comer desordenadamente es cuando la actitud de una persona hacia a la comida, peso y talla la lleva a tener una dieta rígida y a realizar ejercicio físico regular al punto que todos estos comportamientos pueden comprometer su salud, felicidad y seguridad.
Comer desordenadamente puede comenzar con el deseo de perder algunas libras o de estar en forma. Algunas consecuencias pueden ser la pérdida rápida de control, la aparición de obsesiones o de un trastorno alimentario.
Evalúa tus hábitos
- ¿Pasas tiempo deseando que alguna parte de tu cuerpo fuese diferente?
- ¿Estás descontenta con tu reflejo en el espejo?
- ¿Saltas comidas?
- ¿Mides calorías y gramos de grasa de cualquier alimento que ingieres?
Si respondiste “sí” a cualquiera de las preguntas…
No es sorprendente para los miembros de esta cultura sentir que deberían verse de cierta manera para poder ser felices o estar bien de salud. Puedes pensar que hacer una dieta es algo normal o hasta necesario en tu vida. Sin embargo, la preocupación constante por tu peso, gramos de grasa y calorías puede ser el comienzo de un ciclo vicioso de satisfacción baja y obsesión con tu cuerpo.
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Lo que haces para estar delgada puede escalar rápidamente a una pérdida de control y convertirse en un serio trastorno alimentario que puede poner en peligro tu vida. De hecho, aunque un trastorno alimentario no llegue a un punto extremo, una persona puede estar perdiendo parte de su vida mientras pasa todo su tiempo haciendo dietas.
La gran pregunta
Ahora bien, debes tener claro que solo porque te pesas, saltas comidas, cuentas calorías o haces ejercicio excesivamente no significa necesariamente que padeces de un trastorno de esta naturaleza. De acuerdo a la National Eating Disorders Association (NEDA) podrías estar, precisamente, comiendo desordenadamente.
La pregunta es: ¿lo estás haciendo?
Para saberlo, considera lo siguiente:
- ¿Evitas comer o merendar cuando estás con otras personas?
- ¿Calculas constantemente gramos de grasa y número de calorías?
- ¿Te pesas frecuentemente y te obsesionas con la cifra de tu peso?
- ¿Te ejercitas porque sientes que debes hacerlo, no porque lo deseas?
- ¿Temes subir de peso?
- ¿Te sientes alguna vez fuera de control cuando comes?
- ¿Tus hábitos alimenticios incluyen esquemas de dietas extremas, preferencia por ciertos alimentos, aislamiento o comportamientos rutinarios a la hora de la comida?
- ¿La pérdida de peso, hacer dietas y/o controlar los alimentos que ingieres se han convertido en unas de tus preocupaciones principales?
- ¿Te sientes avergonzada, disgustada o culpable después de comer?
- ¿Te preocupas por tu peso o por la figura o talla de tu cuerpo?
- ¿Sientes que tu identidad y tus valores están basados en cómo te ves o cuánto pesas?
Si contestaste “sí” a alguna de estas preguntas, podrías estar enfrentando lo que conocemos como comer desordenadamente.
Diferencia entre porción y ración
Es posible que estos comportamientos y actitudes estén afectando tu salud mental y física. Es importante que comiences a dialogar sobre tus hábitos y preocupaciones ahora en vez de esperar a que tu situación sea más grave y no puedas manejarla.
Toma acción
¡Habla sobre tus preocupaciones con un amigo, profesor, madre o padre, entrenador, doctor, consejero o nutricionista. Coméntales lo que te está sucediendo. Si te da miedo o es muy difícil, puedes informarte más a través de NEDA.
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Es importante que encuentres apoyo para cambiar tus pensamientos y comportamientos. Puede salvar tu vida.