Todos los lunes te levantas convencida de que ese día comenzarás la dieta, pero no haces más que llegar a la oficina y comienzan los saboteadores de tu régimen alimenticio a ofrecerte pan, dulces, refrescos… Antes de lo que imaginas, sucumbes ante la tentación y así continúan pasando los días mientras tu peso aumenta vertiginosamente.
¿Te suena familiar? Si la respuesta es afirmativa, no te preocupes que a continuación te ofrecemos algunos consejos para que no sucumbas ante la tentación.
Mantente firme
No pienses “es que no tengo fuerza de voluntad para no picar entre horas”. Sí la tienes, pero debes trabajarla. Prueba con estas siglas CIA:
- Cree que puedes perder peso
- Imagínate lográndolo
- Alcanza la meta de perder peso
Convéncete de que puedes lograrlo
La primera que debe estar segura de que quiere perder peso eres tú, así que no te dejes arrastrar a una dieta si no estás segura de querer hacerla. Si la motivación nace de ti, tu fuerza de voluntad será mucho mayor.
- Visualízalo
Sueña, visualízate con ese vestido que anhelas estrenarte, con lo regia que te verás con unas libras de menos y sobre todo con lo bien que te sentirás. Cuando aparezcan las ganas traidoras de caer en tentación, recurre a este pensamiento y verás cómo triunfas.
- Alcanza
Ponte una meta real, no sueñes con los abdominales de Cameron Díaz, el trasero de JLo, ni pretendas pesar lo que nunca has pesado. Comienza por enfocarte en objetivos a corto plazo y celébralos una vez los alcances. Por ejemplo, puedes darte un capricho cada vez que alcances una meta: alguna prenda de vestir, accesorios o un día de spa.
Realiza cinco comidas al día
Si dejas pasar más de 4 horas sin comer, tu organismo no tendrá energía y empezará a pedirte alimentos calóricos para que le des su dosis de azúcar. Recuerda hacer tres comidas principales y dos meriendas (media mañana y media tarde), y así evitarás tener que picar entre horas.
Que el ejercicio no sea una obligación
Ninguna dieta funciona por sí sola, debes acompañarla de algo de ejercicio para activar tu metabolismo. El secreto para ser consistente es practicar algún ejercicio o deporte que te guste: caminar, nadar, bicicleta, bailar… También puedes buscar algún compañero para realizar ejercicios y motivarse mutuamente.
Usa platos pequeños
Según un estudio de Journal of Consumer Research, comer en platos pequeños genera la sensación de que has comido más, que si pones la misma porción de comida en un plato grande.
Usa la mano contraria a la que utilizas normalmente
Esta es una técnica para ayudarte a ser más consciente de lo que comes. Apoya los cubiertos entre bocado y bocado para comer más despacio y dar tiempo a la colecistoquinina, la hormona que actúa como supresor del apetito.
Mindfulness (atención plena)
Es muy importante que cuando comas, ya sea un plato principal o una merienda, estés consciente de lo que estás haciendo. Disfruta de la comida, tómate tu tiempo para masticar y que tu cerebro entienda que estás saciada.
Duerme bien
Un estudio de la Universidad de Columbia, en Nueva York demostró que las personas que duermen mal consumen menos calorías que las que descansan mejor. Establece una rutina para ir a la cama, procura acostarte a la misma hora y media hora antes evita el uso de la televisión, celular o computadora.
Reduce el estrés
Este es uno de los factores que más te hacen picar entre comidas. Practica alguna terapia de relajación como el yoga, pilates, técnicas de respiración o meditación.
Cuidado con los anuncios
Si estás cerca de la hora de comer evita los anuncios de comida, ya que están hechos para estimular su consumo. La probabilidad de que comas lo primero que caiga en tus manos es tres veces mayor, porque estimulan la grelina, la hormona del hambre.
Nevera libre de tentaciones
Solo ten en tu nevera alimentos sanos, que en caso de picar entre horas no manden todo tu esfuerzo a la basura.