Con tantas afecciones con síntomas similares, a veces es difícil saber si ese goteo nasal que nos aqueja es más serio de lo que pensamos.
La rinitis alérgica se refiere a un conjunto de síntomas que afectan la nariz, los cuales se presentan cuando inhalas algo a lo que eres alérgico, como polvo, caspa o polen. Es una afección crónica, lo cual significa que no tiene cura y que habrá periodos de exacerbación y de descanso.
El elemento que te causa la alergia es lo que se llama un alérgeno. Cuando una persona con rinitis alérgica inhala un alérgeno, el cuerpo libera químicos, incluso histamina, lo cual ocasiona síntomas de alergia.
El catarro
También se le llama resfriado común, y por una buena razón: solo en Estados Unidos, cada año se reportan más de mil millones de resfriados. Probablemente tú y tus hijos tendrán más resfriados que cualquier otra enfermedad. De hecho, el catarro es la principal causa de ausentismo escolar infantil y de ausencias laborales. Los padres usualmente lo adquieren a través de sus hijos.
El resfriado común —en la mayoría de los casos— causa secreción nasal, congestión nasal y estornudo. Asimismo, podrían presentarse dolor de garganta, tos, dolor de cabeza y otros síntomas. Con tantos síntomas similares, ¿cómo distinguir uno del otro?
Identifica las diferencias
La verdad es que a veces puede ser muy difícil distinguir uno del otro. Sin embargo, hay algunos síntomas característicos de cada afección o que se presentan de forma diferente, dándote indicios de qué es lo que te aqueja. Ciertamente, la rinitis comparte muchos síntomas con el catarro, pero no la fiebre ni el dolor muscular ni lo que la gente llama “monguera” o “flojera”; estos son síntomas del catarro, aclaró el neumólogo Samuel Suárez.
“Normalmente, las personas con alergia tendrán goteo nasal, tos —muchas veces seca— y carraspera, que es cuando sienten que les baja líquido de la nariz por la garganta”, indicó.
Según Suárez, usualmente estos síntomas empeoran por la noche, a la hora de acostarse; también con los cambios de temperatura o en la humedad. Puede estar asociada con congestión, sinusitis y puede haber lagrimeo, pero son síntomas que estarán más crónicos en el paciente.
En el catarro, por otro lado, es más agudo y abrupto; los síntomas son los mismos, pero un poco más intensos; las secreciones pueden ser más gruesas o con más color, no transparentes, y puede haber más dolor en las fosas nasales si involucra sinusitis. El catarro sencillo dura cuatro o cinco días, tras lo cual desaparece.
¿Y qué de la influenza?
También está la influenza, “o lo que en el campo se llama la ’monga’. Es mucho más seria, hay más síntomas como debilidad del cuerpo y dolor de cabeza. En muchos pacientes se puede complicar con pulmonía. Deja una secuela de tos que puede durar mucho tiempo, porque al que no es asmático puede darle una reactividad aumentada en los bronquios; tose al reír, al estar expuesto a aire frío, y los síntomas pueden durar entre cuatro y seis semanas”, explicó.