Muchas personas saben que la buena alimentación es clave para prevenir la mayoría de las enfermedades. Sin embargo, la mayoría desconoce que existe una relación directa entre los alimentos que consumen y la salud de la piel. ¡Está comprobado!
No solo la genética y los factores ambientales determinan el ritmo al que las personas envejecen; las autoridades en salud han señalado que la nutrición es un factor que afecta en gran medida el proceso del envejecimiento. Es decir, que dependiendo de la forma en que te alimentes no solo podrás prevenir enfermedades, sino que también te mantendrás más joven.
Teorías sobre el envejecimiento
Desde el punto de vista de la ciencia de la nutrición y de acuerdo con los estudios más recientes, existen dos factores principales que promueven el envejecimiento: la inflamación celular y los radicales libres.
La teoría sobre la inflamación celular establece que el azúcar es el causante principal de la inflamación de las células. Este proceso ocurre debido a que este aumenta los niveles de glucosa en la sangre, lo que hace que el páncreas produzca a su vez más insulina (hormona necesaria para metabolizar los hidratos de carbono). El aumento del nivel de glucosa en la sangre junto a la insulina lleva a la glucosilación, que es el proceso en el que las moléculas de azúcar se unen a las de proteínas en el cuerpo produciendo la inflamación de las células.
Estas reacciones químicas no solo llevan a que las células del organismo se inflamen (lo que se asocia con enfermedades y daños a la piel), sino que hace que también se produzcan los radicales libres (sustancias químicas muy nocivas al organismo).
Los radicales libres tienen un tiempo de vida de fracciones de segundo. Sin embargo, el daño es irreversible, ya que destruyen las membranas protectoras de las células, aceleran el proceso de envejecimiento y aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras.
Los radicales libres también se producen cuando freímos los alimentos en los distintos tipos de grasas (excepto el aceite de semilla de uva o de coco), ya que estas no toleran las altas temperaturas sin tener cambios químicos.
Qué alimentos evitar y cuáles preferir
En primer lugar, ¡olvídate de los dulces y los alimentos fritos! Como ya expliqué, estos grupos de alimentos son los grandes responsables de la inflamación de las células y los radicales libres. Además, el azúcar daña el colágeno haciendo que aparezcan con mayor prontitud las líneas de expresión. Y si te duele esta noticia, recuerda también que son los principales causantes de la celulitis, la obesidad, el cáncer y los problemas cardiovasculares. Desde hoy toma la decisión de evitar o reducir al mínimo el consumo de estas comidas.
En segundo lugar, prefiere alimentos sin azúcar añadida (solamente el azúcar natural de la fruta o el grano) y comidas preparadas con métodos saludables (horneadas, asadas, al vapor, etc.). Igualmente selecciona los alimentos que te brinden la mayor aportación en vitaminas, minerales y antioxidantes (sustancias que neutralizan los radicales libres) para que nutran y protejan tu piel.
Recomendaciones para tu dieta diaria:
Pescados como el salmón wild, la sardina y la macarela
Son excelentes fuentes de los ácidos grasos omega-3, necesarios para evitar la sequedad de la piel. Los pescados son también excelentes fuentes de proteínas, indispensables para la formación, reparación y mantenimiento de tejidos.
Frutas cítricas (china, piña, toronja, limón), acerola y otras
Aportan gran cantidad de vitamina C, indispensable para la producción de las células que forman el colágeno y la elastina. Además, la vitamina C es un gran antioxidante y ayuda a evitar el daño de los radicales libres. Debes consumir toda la variedad de frutas, ya que en general son ricas en antioxidantes y fitonutrientes (sustancias que te protegen de los radicales libres).
Vegetales como la zanahoria, el brécol y la espinaca
Estos vegetales (y algunas frutas como el mangó y la papaya) aportan vitamina A, necesaria para la salud del epitelio (capa más externa de la piel). Todos los vegetales en general son también excelentes fuentes de antioxidantes y fitonutrientes.
Granos (garbanzos, lentejas y otros) y cereales o panes de salvado (bran)
Los granos son excelentes fuentes de magnesio, mineral que junto al calcio ayuda a mantener el tono muscular. Los cereales y panes de salvado contienen zinc, mineral que ayuda en la reparación de los tejidos.
Nueces, semillas y aceites saludables
Las nueces y semillas, al igual que los aceites de ajonjolí y girasol, son ricas en los ácidos grasos omega-6. Estos ácidos grasos mantienen saludable la piel. Por otro lado, las nueces y el aceite de semilla de lino son excelentes fuentes de omega-3 que evitan la sequedad de la piel.
¿Cuánta agua tomar?
Finalmente, recuerda también tomar mucha agua, ya que es indispensable para la hidratación de la piel y la eliminación de toxinas. Para saber la cantidad de agua que debes ingerir divide tu peso entre dos y el resultado te indica la cantidad de onzas que tu cuerpo requiere. Divide este resultado entre 8 para saber la cantidad de vasos de 8 onzas que debes tomar diariamente.
¿Y el ejercicio?
Por último, incluye un programa regular de ejercicios cardiovasculares y de resistencia. Estos ejercicios llevarán más oxígeno a todo tu cuerpo, lo que te ayudará a tener una piel más saludable. Además, un programa combinado de ejercicios te ayudará también a proteger y mantener la masa y el tono muscular.
La autora es nutricionista y especialista en control de peso. Si deseas más información, visita Facebook: Salud y nutrición con Vilma Calderón.