Cuidado con las bacterias en los hospitales

¿Has escuchado alguna vez que una persona entra a un hospital con una afección determinada y sale con otra, o simplemente adquiere una bacteria durante su estadía y muere? Pues no estás lejos de la realidad. Estos casos ocurren muy frecuentemente y dependerá de las precauciones que se tomen para evitar que esto ocurra.

Existen tres medidas para la prevención de infecciones bacterianas en el hospital. Estas son:

  • Prevenir las infecciones relacionadas con las operaciones y por la colocación de sondas o catéteres
  • Prevenir la propagación de bacterias entre pacientes
  • Mejorar el uso de antibióticos

Para cumplirlas, los proveedores de atención médica necesitan aislar a los pacientes cuando corresponda. De igual forma, conocer los patrones de resistencia a los antibióticos que estos puedan presentar, para recetarlos y correctamente tratar las bacterias, que actualmente constituyen un problema de gran magnitud a nivel mundial.

Estas medidas preventivas conllevan usar los catéteres solo cuando sea necesario o retirarlos cuando no se necesiten, mejorar la higiene de manos y el uso de batas, guantes y mascarillas, que son las precauciones estándares. Otra de las medidas es la precaución de aislamiento basada en el mecanismo de transmisión por vía aérea, que se transmite cuando una persona pasa por un lugar donde hay partículas de las bacterias suspendidas en el aire, y el paciente puede inhalarlas y contraer una infección como, por ejemplo, tuberculosis. Otro modo de transmisión es por saliva, cuando uno estornuda, tose o habla, o por contacto directo de persona a persona o indirecto, cuando se toca algún objeto que esté contaminado.

Recetar o usar el tipo de antibiótico adecuado, así como la dosis, tiempo y la frecuencia correcta, evitar la automedicación y descontinuar el tratamiento antes de que se acabe o cuando el paciente se sienta mejor son otras de las medidas de prevención, indicó la Dra. Sandra N. Maldonado, infectóloga con oficina en el Ashford Presbyterian Community Hospital.

Con relación a los familiares y visitantes de un paciente, estos deberán lavarse las manos periódicamente, no se deben sentar en las camas, acostarse en ellas o colocar sus pertenencias sobre estas y no deben traerle comida o bebidas de afuera a menos que esté permitido por los médicos. Además, los visitantes tampoco deben utilizar los utensilios del enfermo para comer y dentro de lo que se pueda, no deben hacer uso del cuarto de baño.

Aquellos enfermos con su sistema inmunológico comprometido, pacientes en ventilación mecánica prolongada, los que poseen bacterias resistentes a los antibióticos o los de estadía en una unidad de cuidado intensivo son pacientes vulnerables a infecciones, por lo que deben ser tratados con sumo cuidado.

De dónde vino la bacteria

Por otro lado, muchos se hacen la pregunta de si la persona contrajo la bacteria en el hospital o si la trajo de afuera.

Una infección adquirida en un hospital se define como una nosocomial, que no estaba presente al momento de ser admitido en un centro hospitalario o que no estaba en periodo de incubación. Usualmente, si la bacteria se presenta luego de 48 horas del paciente haber sido admitido, con toda seguridad se contagió en el hospital y tendría que ser sometido a un tratamiento especial, además del protocolo a seguir para contrarrestar la enfermedad que lo llevó al recinto médico.

La duración de los tratamientos dependerá de la gravedad o severidad de la infección y el tipo de bacteria que la ocasiona. Estos pueden ser tan cortos como siete días o tan prolongados como meses o hasta años, dependerá del diagnóstico del paciente. En otros casos los enfermos tendrían que ser registrados en el Departamento de Salud dependiendo de la bacteria que hayan contraído.

Aquellas personas que estén enfermas con infecciones contagiosas y niños menores de 14 años no deben visitar al paciente.

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