Los refrescos carbonatados son uno de los mayores causantes del problema de obesidad a nivel mundial. El consumo regular de estos tiene muchas repercusiones en la salud. Con modificar este único hábito alimentario y eliminar su consumo puedes ganar mucho para tu salud.
Beneficios al renunciar a los refrescos carbonatados:
Control/pérdida de peso
La relación entre la obesidad y las gaseosas es tan estrecha que podemos calcular que por cada refresco consumido, la probabilidad de desarrollar obesidad incrementa 1.6 veces. Si eliminas una lata de esta bebida al día (140 calorías) puedes perder más de una libra de grasa corporal al mes.
Mejor dentadura
El azúcar y ácido de las bebidas gaseosas disuelven fácilmente el esmalte de los dientes. Erradica las sodas de tu dieta y sonríe.
La mayoría de las gaseosas contiene jarabe de maíz rico en fructosa, un endulzante que recientemente ha enfrentado muchas críticas.
Este se ha relacionado con un riesgo más alto de síndrome metabólico, una afección asociada con un alto riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiacas.
Osteoporosis
Las gaseosas contienen ácido fosfórico y una dieta con altos niveles de fosfato se ha relacionado con el rompimiento de huesos y una probabilidad más alta de desarrollar osteoporosis. Cuando el fosfato es excretado a través de la orina, lleva calcio consigo, eliminando así este mineral esencial del cuerpo. Para unos huesos sanos, descarta este dulce veneno.
Te enfermarás menos
El ingrediente principal de los refrescos es el agua carbonatada. El dióxido de carbono puede causar gases y si se toman refrescos en exceso incluso se pueden padecer de dolores de estómago debido a la combinación de pH ácido y la carbonación, lo que puede ser peligroso cuando existen precedentes de úlceras de estómago.
Salud renal
Los refrescos contienen niveles altos de ácido fosfórico que se han asociado con cálculos renales y otros problemas de los riñones.
Al dejar de consumir bebidas gaseosas, dejarás que tus papilas gustativas tengan mayor sensibilidad.
Al consumir bebidas ricas en aspartamo, los sabores se inhiben por completo, ya que tiene un nivel extremadamente alto de dulzura. Los altos niveles de aspartamo alteran los receptores de sabor en el cerebro, lo que también provoca que tengamos antojos constantemente y engordemos más.
Resistencia a la insulina
Veinte minutos después de beber un refresco, el nivel de azúcar en la sangre incrementa rápidamente causando una elevada secreción de insulina. El hígado responde convirtiendo el azúcar en grasa. El consumo diario de una sola lata de refresco azucarado puede aumentar en un 25% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
La autora es nutricionista-dietista, fisióloga del ejercicio y certificada en diabetes. Para más información, llama al (787) 647-7129, visita Carla Mi Nutricionista en Facebook o escribe a carlaminutricionista@gmail.com.