Aunque su olor no es atractivo para la mayoría de las personas, el consumo regular de ajo puede evitar muchas enfermedades.
“Algunos estudios sugieren que el ajo puede prevenir los infartos y que también puede disminuir la presión sanguínea, entre un cinco y un ocho por ciento. A pesar de que muchas de estas investigaciones usan el polvo de ajo, una de las últimas realizada con ajo crudo concluyó que las personas que comían unos 900 miligramos de este alimento diariamente (uno o dos dientes de ajo), se protegían de los infartos y las embolias”, expresa el Medical Center de la Universidad de Maryland.
El ajo es igual de beneficioso para nuestro sistema inmunológico. “Estudios de poblaciones que analizan a diferentes grupos de personas a lo largo del tiempo sugieren que la gente que come ajo de forma regular, ya sea cocinado o crudo, tiene una menor predisposición a padecer cáncer de estómago, colon y esófago”.