Las personas que han recibido un diagnóstico de cáncer pasan por distintos niveles de estrés y angustia emocional. El miedo a la muerte, la interrupción de planes futuros, los cambios en la percepción corporal y el amor propio, los cambios de su papel social y su estilo de vida, junto a las preocupaciones económicas y legales, son asuntos importantes para cualquier persona con cáncer. Sin embargo, no todos los diagnosticados padecen de una depresión mayor.
El tipo de depresión común en los pacientes con cáncer es la llamada depresión reactiva, la cual se caracteriza por los cambios de humor continuos y la incapacidad para participar en actividades normales. Los síntomas duran más tiempo y son más pronunciados que los de una reacción normal y esperada, pero no cumplen los requisitos para considerarse que indican una depresión mayor. Cuando estos síntomas interfieren de manera importante con las actividades diarias de la persona se les debe tratar igual que a los de la depresión mayor.
Algunas personas con cáncer pueden correr un riesgo más alto de padecer de depresión grave. Esta se puede tratar con una combinación de orientación y medicamentos, tales como antidepresivos. El médico primario puede recetarlos y referirlo a un psiquiatra o a un psicólogo por una o varias de las siguientes razones: si el médico o el oncólogo no se siente capacitado para tratar la depresión (por ejemplo, en casos en que el paciente tiene pensamientos suicidas); si los síntomas de la depresión no mejoran después de dos a cuatro semanas de tratamiento; si los síntomas están empeorando; si los efectos secundarios de los medicamentos hacen que el paciente no tome las dosis necesarias para controlar su depresión; o si los síntomas están interfiriendo con la capacidad del paciente de continuar recibiendo tratamiento médico.
Los antidepresivos no ofrecen ningún peligro para los pacientes con cáncer y suelen ser eficaces como tratamiento para la depresión y sus síntomas. Desgraciadamente, no se suele recetar muy a menudo estos medicamentos a las personas con cáncer.
Alrededor del 25% de los pacientes con cáncer padecen de depresión, pero solo el dos por ciento aproximadamente recibe medicamentos para tratarla. Que se les recete antidepresivos o no dependerá de sus síntomas, de los efectos secundarios potenciales y de los problemas médicos individuales y su respuesta previa a fármacos antidepresivos.
El paso más importante es buscar ayuda.
El autor es vicepresidente de la facultad médica del Hospital San Juan Capestrano y director médico del Programa de Hospitalización Parcial en Caguas. Para más información llama al (787) 745-0190.